14-M: las mascarillas cumplen un año entre nosotros

La mascarilla no fue obligatoria realmente hasta bien entrado el mes de abril de 2020 (más que nada porque no había existencias), pero la fiebre por este producto sanitario comenzó desde el 14 de marzo: cuando los ciudadanos teníamos que ir a comprar al supermercado más cercano, no queríamos hacerlo sin llevar la debida protección; y era algo normal. El coronavirus es un enemigo silencioso al que hay que respetar, y este complemento era nuestros escudo más preciado.

Pero con el paso de los meses nos dimos cuenta de que la mascarilla servía mucho más que para contener la Covid-19: ha caído drásticamente la incidencia de la gripe estacional hasta niveles casi inexistentes. Y otras enfermedades infecciosas como la amigdalitis o la sinusitis bacteriana también han reducido su incidencia. Personas con varias anginas al año llevan más de 12 meses sin una, y es que la mascarilla funciona, y como seres humanos que somos tenemos que reflexionar sobre ello.

Estados Unidos ya está desescalando en lo que a este producto se refiere: Texas y Mississippi han decidido dejar atrás las mascarillas, y esto es un completo error. Como decimos, enfermedades que matan cada año a millones de personas como la gripe casi han desaparecido, y lo más importante es comprender que este accesorio ha sido el culpable de ello. ¿Por qué no llevar siempre mascarilla en espacios públicos como están habituados ya en la cultura asiática? ¿Por qué no intentar entender que este complemento es para protegernos, y no para molestarnos?