Fin al proyecto de Villas-Boas en el Zenit... a la espera del sí de Pellegrini

La eliminación ante el Benfica en los octavos de final de la Champions fue especialmente dolorosa para el Zenit, ya que era la segunda vez en cuatro años que los lisboetas apeaban al gigante ruso en la misma ronda.

El consorcio gasístico Gazprom había apostado toda la temporada a una carta -el equipo lideró con solvencia su grupo en la primera fase de la Champions- y ahora el equipo se ha quedado con un palmo de narices. En liga, el Zenit es quinto a nueve puntos del líder, el CSKA Moscú, y es muy difícil que revalide el título.

El cénit llegó en 2007

El Zenit alcanzó su mejor momento en 2007, cuando logró su primer título liguero y un año después ganó la Copa de la UEFA, con un equipo que tenía al holandés Dick Advocaat en el banquillo y a futbolistas como Arshavin, Kerzhakov, Denísov o Malaféev en el campo.

Gazprom, que patrocina al club desde 2005, apostó por inversiones multimillonarias que no han dado el fruto deseado, ya que en las últimas ocho temporadas el equipo logró tres títulos de liga y dos copas, pero nunca ha vuelto a brillar en Europa.

En un intento de revertir esa tendencia y con el italiano Luciano Spalletti como director de orquesta, el gigante ruso tiró la casa por la venta y desembolsó 100 millones de euros para fichar al internacional brasileño Hulk (Porto) y al centrocampista belga Witsel (Benfica). Hulk ha tenido rachas más o menos brillantes y ha marcado goles de bandera con su poderosísima pierna izquierda, pero no ha logrado liderar al equipo, mientras el rendimiento de Witsel ha sido muy mediocre.

Precisamente, la directiva fichó al portugués André Villas-Boas para mejorar el rendimiento del brasileño, lo que ocurrió durante algunos meses, en los cuáles el Zenit consiguió el título liguero. No obstante, el mal juego y la falta de conexión con la grada acabó por condenar al portugués, que harto de las críticas anunció que abandonaba el barco tras disputarse apenas un tercio de la liga rusa.

La gota que colmó el vaso fue la mala forma con la que los rusos regresaron del receso invernal, especialmente Hulk, quien pese marcar el único gol de su equipo, estuvo desaparecido en combate durante toda la eliminatoria ante el Benfica.

El proyecto de Villas-Boas, en el que los futbolistas rusos apenas tienen hueco, ha conseguido además echar a los aficionados del estadio Petrovski, abarrotado todos los domingos en el pasado y que en los últimos tiempos apenas registra dos tercios de entrada.

Además del técnico portugués, abandonarán el equipo Witsel y el italiano Criscito, mientras también podría tener los días contados Hulk, que ha recibido numerosas ofertas.

Según la prensa local, el club quiere apostar por el chileno Manuel Pellegrini la próxima temporada. El 'Ingeniero', que dejará el Manchester City a final de temporada, se encontrará con buenos mimbres, pero con necesidad de reforzar todas las líneas, desde la portería a la delantera.