FIFA - Corrupción

Bélgica estudia demandar a la FIFA por el Mundial 2018

La federación belga podría exigir a la FIFA una compensación millonaria si se demuestra que existió fraude en la concesión del Mundial de 2018

Jordi Blanco

El presidente de la federación belga de fútbol, Francois de Keersmaecker, anunció la disposición del organismo que dirige de exigir una compensación de 4,5 millones de euros a la FIFA en el caso de que se demuestre que existió corrupción en la elección del país organizador del Mundial de 2018, que correspondió a Rusia.

El dirigente belga calculó en 9 millones los gastos de infrastructura para presentar la candidatura que compartía con Holanda y que fue derrotada el dos de diciembre de 2009 en Zúrich junto a las de Inglaterra y la compartida por España Portugal.

Si se demuestra que hubo fraude es obvio que buscaremos una compensación” aseguró De Keersmaecker al diario Het Nieuwsblad, añadiéndose el ministro de deportes Philippe Muyters, quien advirtió que Bélgica presentará “una reclamación”.

El caso podría desembocar en un verdadero problema para la FIFA y su aún presidente Joseph Blatter, puesto que Bélgica podría ser solamente la primera federación en reclamar.

Así, desde Gran Bretaña se apuntó a la posibilidad de que la Asociación de Fútbol de Inglaterra pudiera seguir los mismos pasos, algo que no haría la Federación Española, también derrotada en la votación que ganó Rusia.

El mismo camino se presume que podrían seguir las candidaturas derrotadas por Catar en la elección para la organización del Mundial del año 2022Estados UnidosJapónAustralia Corea del Sur vieron como Catar ganaba la elección en un proceso que estando bajo sospecha es ahora ya investigado abiertamente.

La FIFA, de esta manera, se enfrentaría a una catarata de denuncias en su contra y a la posibilidad de que se le exigieran indemnizaciones millonarias, a pesar de que Blatter defendió siempre la legalidad de las elecciones de ambos mundiales.

El caso estalló un día después de que la fiscalía suiza anunciara la posibilidad de <strong>interrogar directamente al presidente de la FIFA y a su secretario general Jerome Valcke</strong> por la corrupción en la elección de las sedes de ambos mundiales.