Vinicius, ángel y diablo

Volvió a sacar los pies del tiesto ante el Cádiz, y afición, club y compañeros empiezan a cansarse de sus irreverencias

Es desequilibrante y el que más falta recibe del fútbol europeo, pero se pierde y responder a las provocaciones provocando

El caño de Vinicius Jr.

Vinicius Jr. le hizo un caño a Djene / LaLiga

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

En el Real Madrid empieza a entender que tiene un problema grave con Vinicius. El delantero brasileño tiene dos caras, el jugador explosivo y desequilibrante y la persona inmadura, irascible y provocadora que se pierde en refriegas que manchan su imagen, incomodan al madridismo y perjudica a su equipo respondiendo a las provocaciones con provocaciones. Ponerse a la altura de sus rivales no le beneficia, aunque muchas veces se entienda que explote por la reiteración de faltas de sus marcadores, sin que los árbitros tomen cartas en el asunto cuando hay exceso de agresividad. Es el jugador que más faltas recibe del fútbol europeo y no acaba de digerir que su clase y forma de jugar le convierte en objetivo defensivo de los contrarios.

Ante el Cádiz volvió a ser protagonista de esa crónica negra que se está macerando y que empieza a definirle como un jugador vengativo que se revuelve al sentirse desprotegido por unos árbitros que ya no se fían de él. Recibe muchas faltas, pero también es piscinero y retador, y a la mínima salta para enfrentarse a sus marcadores o calentar las orejas a los colegiados que acaban hartándose de su actitud. Es cierto que algunos árbitros se ponen la venda cuando le pegan y se le quitan cuando pega él, como Martínez Munuera, pero otros como Soto Grado ante el Cádiz tuvo paciencia con él, pero también con sus marcadores como con Iván Alejo, que lo derribó como y cuando quiso buscándole las cosquillas con el trencilla riojano a verlas venir.

MENSAJES INTERNOS QUE NO ESCUCHA

Su actitud perjudica al equipo como le explicó Kroos al final del partido. “Es normal que los rivales se defienden a su manera. Nosotros tenemos que estar tranquilos y concentrarnos en el juego. Si reaccionamos, nos metemos en su partido y es lo que ellos quieren, perdiendo tiempo con cada discusión… yo prefiero estar fuera de esto porque somos el mejor equipo”, decía con tino el alemán en un mensaje que comparte todo el vestuario menos el brasileño. Ancelotti, por su parte, parece tirar la toalla: “Tiene que mejorar es muy joven y seguro que va a mejorar. ¿Tiene que aprender qué? La provocación en el mundo no es normal, no es correcto, uno no aprende a evitar las provocaciones”. Y Vinicius vive en ambas direcciones.

Fali denunció al brasileño al final del partido dejando a un lado ese código no escrito de lo que pasa en el campo se queda en el campo y que viene a demostrar que Vinicius también se viste de diablo cuando se calienta, lo que preocupa y mucho en el club y en el vestuario: “Vinicius nos decía en pleno partido que éramos un equipo de Segunda y se pasó todo el partido quejándose. Luego se ha armado un jaleo al descanso y ha tenido que venir la seguridad. Hay jugadores que van de víctimas. En el fútbol nos decimos muchas cosas, pero hay límites que no se pueden pasar”. El central gaditano reconoció haber pasado esos límites cuando derribó a Rodrygo “un poco mucho”, pero fue Vinicius el que la armó yéndose equivocadamente a por Fali en una jugada en la que debió intervenir el VAR y que la realización televisiva le robó al fútbol para guárdasela de manera gratuita y explotarla como 'exclusiva' media hora después de terminado el partido.