Tchouameni, 80 millones cuestionados

En su segunda temporada en el Real Madrid su rendimiento sigue provocando dudas por un estilo que no acaba de encajar en las necesidades del equipo

Es el quinto fichaje más caro en la historia del club y se esperaba de él que fuera el relevo ideal de Casemiro, pero su estilo es diferente al del brasileño

Atlético de Madrid - Real Madrid : La asistencia de Tchouaméni

Tchouaméni le dio la asistencia del gol a Rodrygo Goes en el partido ante el Atleti  / LaLiga

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Aurelien Tchouameni no acaba de romperla en el Real Madrid. Su fichaje fue una de las operaciones más arriesgadas del club, que pagó 80 millones al Mónaco para adelantarse a los equipos más acaudalados del continente. A eso ayudó la elección del propio jugador, que quiso acabar de blanco. Sin embargo, su irregularidad cuestiona su rendimiento y alterna grandes actuaciones con otras no tan buenas.

La apuesta blanca fue valiente con la finalidad de buscar un relevo a Casemiro, que pidió la cuenta poco después de la llegada del francés para irse a la Premier, un deseo oculto del brasileño al que accedió el club en pago a los servicios prestados a las once temporadas que perteneció al Real Madrid, con esa cesión de un año en el Oporto donde demostró que tenía galones para ser jugador blanco.

ESTILOS DIFERENTES

Pero Tchouameni no es Casemiro. Tiene un estilo diferente al del brasileño. Tiene menos instintos defensivos, pero es más diestro técnicamente. Casemiro entendió pronto su papel táctico en una medular en la que le tocó proteger las espaldas de Kroos y de Modric, dos jugadores que marcaban diferencias para formar un trío casi perfecto. Se complementaban y repartían funciones para formar una de las medulares más sólidas del fútbol mundial.

Tchoaumeni junto a Modric y Kroos

Tchoaumeni junto a Modric y Kroos / Efe

Pero Tchouameni ha llegado a otro Madrid, con un centro de campo diferente, más físico, pero se le exige lo mismo que a Casemiro cuando él no es Casemiro. No acaba de ofrecer lo que el equipo necesita de él, más protección sin balón y más agilidad con él. Su partido ante el Sevilla dejó claroscuros por su lentitud en la circulación de la pelota. Casemiro aprendió de Kroos que debía jugar de primeras, algo que el francés no hace y ralentiza el juego de un equipo que necesita jugar rápido cuando el marcador ahoga.

AL SERVICIO DEL EQUIPO

El francés tiene 24 años y tiempo para entender lo que el equipo necesita de él. Tiene herramientas para consolidarse en un centro del campo que le pide más agilidad con balón y más protección sin él. Su principal competencia es Camavinga, un centrocampista más dinámico y ágil que con solo 21 años se abre paso con actuaciones que obligan a Ancelotti a ponerlo en el equipo en cualquier posición del centro del campo o de lateral izquierdo.

A Tchouameni se le pide mucho más. Lo tiene todo para rendir al nivel que se le exige, pero tiene que entender lo que el equipo necesita de él, y no al contrario, que el equipo se acople a su estilo. En eso Casemiro fue inteligente para hacerse un hueco en el mejor Madrid de los últimos tiempos, asumiendo un papel repleto de grises y dejando los colores para los jugadores que le rodeaban para acabar siendo una pieza imprescindible.