El mejor Vinicius (y la polémica de siempre) con el sello de Cristiano

El brasileño fue el MVP de la final con una actuación que recordó la versión más controvertida de Cristiano

"Todos quieren pelea conmigo para salir en la prensa y yo no soy un santo”, aseguró Vinicius

Vinicius: "No soy un santo, a veces hablo demasiado y hago regates que no debería"

RFEF

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Todos quieren pelea conmigo para salir en la prensa y yo no soy un santo”. Vinicius Junior dejó en la rueda de prensa posterior al clásico una de las frases más comentadas de la Supercopa. Una declaración de intenciones que retrata a un futbolista visceral con un ego y unos tics parecidos a Cristiano, uno de sus grandes ídolos.

Vinicius encuentra en los duelos individuales un estímulo básico para lograr su mejor versión. Ocurrió de nuevo en la final ante el Barça, donde protagonizó un enfrentamiento de alto voltaje con Araujo y terminó encarándose con el banquillo azulgrana. El brasileño atropelló al conjunto de Xavi y se convirtió en el quinto en la historia de los clásicos que marca un triplete antes del descanso.

“El Barcelona da muchos espacios a la espalda, vimos vídeos y el míster nos avisó de eso", reconoció tras el encuentro. Antes del pitido inicial todo parecía más complicada con su criptonita Araújo delante. Pero Xavi empezó a perder la partida cuando, a pesar de reconocer que el Madrid había cambiado esta temporada, apostó por fórmulas antiguas.

Una versión distinta

Vinicius hace meses que no juega de extremo en un Madrid sin la figura de Benzema como nueve. Ancelotti cambió el dibujo para explotar la faceta goleadora de Bellingham, que juega de mediapunta, por momentos incluso de falso nueve. Vinicius y Rodrygo caen a banda de vez en cuando, pero ocupan mucho más tiempo posiciones interiores.

Unos movimientos que el Barça fue incapaz de descifrar y el Madrid encontró un mundo de posibilidades. Los azulgrana jugaron con la defensa muy adelantada pero sin hacer una presión intensa y ordenada para recuperar el balón. El resultado fue que el Madrid destrozó al Barça con Vinicius atacando el espacio, Iñaki Peña siendo conservador en las salidas, y Araujo desplazado a un costado, incapaz de apagar el fuego en la emergencia.

Vinicius hizo daño al Barça sin balón, justo lo contrario que cuando hacía funciones de extremo, donde marcaba diferencias con sus conducciones. Pero ya con el partido decidido volvió el Vinicius más provocador con gestos que no gustaron al Barça (la señal con los dedos del marcador y algún tacón) ni a su entrenador. "Les he dicho a Vinícius y Bellingham que no me gustan los taconazos", apuntó Ancelotti.

Ancelotti: ''El tacón no me gusta. Lo ha hecho Vinicius, lo ha hecho Bellingham...''

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"Yo no soy tonto y sé que, a veces, hablo demasiado y hago cosas que no tengo que hacer, pero estoy aquí para mejorar, quiero mejorar y estoy aprendiendo", señaló el brasileño tras el partido. Antes protagonizó una de las jugadas más polémicas del partido: un penalti que le señalaron a Araujo por agarrón en el área.

Vinicius sintió el contacto, pero el gesto que provocó que se cayera al suelo fue una pequeña zancadilla con su propio pie mientras corría. Él mismo transformó el penalti tras el intento de Lewandowski de ponerlo nervioso. El polaco le preguntó cómo tiraría el penalti. Vinicius sonrió y convirtió la pena máxima. "Ha necesitado dos o tres partidos para recuperar su mejor versión", apuntilló Ancelotti.

Vinicius se coronó como MVP en una actuación que recordó al Cristiano que marcaba diferencias con ruido de fondo. "Cristiano es mi ídolo y él juega aquí", dijo para justificar el 'siu' que hizo tras el primer gol.

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