Los cinco errores que señalan a Ancelotti tras el debut en Liga

El italiano empezó con el mismo once de hace cuatro días y muchos de ellos sin hacer pretemporada, que pagaron con cansancio

Ancelotti: "Defensivamente el Mallorca ha estado mejor que nosotros"

Ancelotti, autocrítico con su equipo tras el empate en Mallorca / El Chiringuito

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Carlo Ancelotti no acertó en muchas de sus decisiones en el partido ante el Mallorca, más allá de esos defectos que tiene que corregir de un equipo en construcción. El italiano es de ideas fijas, conservador en sus decisiones y en Mallorca quedaron al descubierto ciertos tics que complican los partidos al equipo por su falta de soluciones. Al final, lo mejor fue el resultado, porque tras un buen primer tiempo el equipo se le cayó sin que reaccionara para levantarlo. Cinco errores que deberá analizar para futuros compromisos.

1.-Los mismos que ante el Atalanta

Muchos de los jugadores que Ancelotti utilizó en la Supercopa de Europa llevaban apenas cinco entrenamientos de pretemporada en sus piernas. El italiano eligió once ante el Atalanta y decidió repetirlo en Mallorca sin valorar el escaso recorrido físico de alguno de ellos. A esto, unió falta de reflejos para sentarlos cuando se les acabó la gasolina en esas ideas conservadoras de apostar todo al talento y no al trabajo. El dato es que el año pasado necesitó 43 partidos para repetir once titular. Ahora, lo ha repetido en los dos primeros partidos.

2.-Equipo sin construcción

La salida de Toni Kroos empieza a ser un problema serio para Ancelotti. Apuesta por un 4-3-3, como en su primera etapa, pero por entonces tenía jugadores versátiles en la media para construir y defender. Ahora tiene que encontrar soluciones, porque Tchouameni se esconde en la construcción, lo suyo es destruir, y Valverde es un buen apoyo para crear fútbol, pero no tiene galones para dirigir el cotarro.

Bellingham, un centrocampista demasiado ofensivo

Bellingham, un centrocampista demasiado ofensivo / Efe

El indicado sería Bellingham, pero se engancha demasiado en ataque para conectar con los tres de arriba. Solo Modric hace bien ese papel, pero su resistencia física con 39 años sugiere darle un papel secundario. Acaso podría probar a Güler para dar salida al juego ante la nulidad de Tchouameni. Ancelotti tiene que buscar soluciones más allá del compromiso defensivo que pide sin balón.

3.-Mucho ataque, poca defensa

El tridente ofensivo del Real Madrid da miedo. Cuando funciona es una máquina de eliminar contrarios, pero el escenario cambia cuando se trata de replegar y defender. Con que uno de ellos se desconecte, todo el entramado defensivo se desajusta, sobre todo con presión en primera línea. A partir de ahí, dejan espacios que aprovecha el rival para crear superioridad numérica en el centro del campo y obligar a medios y defensas a arriesgar o perseguir fantasmas ante esa falta de coordinación entre líneas.

4.-Sin confianza en los suplentes

Si Ancelotti sacó buenas conclusiones la temporada pasada fueron que puede confiar en los suplentes. La segunda unidad fue clave para sujetar al equipo todo el curso, sobre todo en los momentos en los que el cansancio atenazaba a los titulares. El italiano es de ideas fijas y ha vuelto a ellas nada más arrancar el curso olvidándose de que tiene un banquillo y que parte de esos secundarios están físicamente mejor que algunos titulares. A Ancelotti se le ha acusado reiteradamente de esa falta de confianza en los suplentes, pese a que estos han respondido en ocasiones hasta mejor que los titulares.

5.-Expectativas y presión

El exceso de euforia tras ganar la Supercopa de Europa con un equipo como el que tiene Ancelotti supone tener el listón demasiado alto. Un empate en el campo del Mallorca puede ser previsible, pero la exigencia es tan alta que si fallan la presión crece y los pequeños problemas se ven más grandes. Florentino Pérez ha reunido un equipo de superestrellas a las que se les exige no fallar, y si muestran debilidad aparecen dudas que Ancelotti debe corregir o será él quien pague las consecuencias.