Benzema se desmorona

Alejandro Alcázar

Decía Zidane que “Karim no va a meter 60 goles, pero va a meter 25-30 y va a pasar 30”. Pues ni una cosa ni la otra. Benzema es un ídolo con pies de barro. Hace partidos descomunales para volver a ser un jugador vulgar, del montón. Hasta nuevo aviso. Cuando está presionado aparece, y cuando no, se esconde en las faldas de sus padrinos para seguir jugando. Los datos demuestran su inconsistencia y que no se acerca, ni de lejos, a los mejores delanteros del continente.

En las tres últimas temporadas está lejos del top-10 de los mejores atacantes del continente según demuestra un análisis de ‘As’. No está entre los mejores pasadores, ni entre los mejores asistentes, dos registros en los que se refugian sus eternos defensores para intentar protegerlo. Pero las estadísticas no mienten y tampoco pueden refugiarse en que es un goleador porque ni lo es ni se le espera.

DE ILUSIONANTE A SER EL DE SIEMPRE

Benzema protagonizó un arranque de temporada ilusionante. Marcó 5 goles en los primeros cinco partidos: uno cada 78 minutos. La salida de Cristiano Ronaldo parecía haberle liberado como goleador, pero fue una ilusión. El francés ha vuelto a su realidad, a acumular seis partidos seguidos sin ver portería, 447 minutos sin marcar. Y da lo mismo que haya sido el único jugador que ha sido titular en los 10 partidos de Lopetegui, que su rendimiento es el de siempre.

El francés tampoco ha dado ni una asistencia de gol esta temporada, dejando mal otra vez a sus defensores. Especialmente a Lopetegui, que ya sabe que tiene un delantero centro indolente, que espera el remate en lugar de ir a buscarlo. Un técnico consciente del proteccionismo del que goza el jugador por parte del club, que le ha ido quitando competencia temporada tras temporada para que explote todo su talento. El francés lo tiene, pero como el perfume, lo guarda en frascos demasiado pequeños.