El pacto entre Mbappé y el PSG

Una vez levantó su primer título de la temporada, el francés confirmó que llegó a un acuerdo con el presidente que beneficia a ambas partes

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El Chiringuito

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Con el futuro de Kylian Mbappé en el aire, como suele ser habitual desde hace varios veranos, el PSG levantó su primer título de la temporada y el primero de la 'era' Luis Enrique. Kang-In Lee y después el propio Mbappé sentenciaron la final de la Supercopa de Francia ante un Toulouse que poco pudo hacer para hacerle cosquillas al conjunto parisino.

El verano de 2023 no fue menos y el jugador envió una carta a principios de junio para informar al club que no tenía intención de activar la cláusula unilateral de renovación hasta 2025, poniendo contra las cuerdas al PSG y a Qatar, obligándoles a aceptar su salida gratis en 2024 o a renovarle como fuera para que no quedara libre.

Al Khelaïfi, harto de todos los rumores que circulaban sobre su renovación, decidió no convocarle para la gira por Japón del mes de julio. Así pues, este acto ejerció de ultimátium hacia el francés, declarándole una guerra en público en la que dejaba claro que no volvería a vestirse de corto con el PSG si no renovaba o si no aceptaba un traspaso en verano.

Sin embargo, Mbappé siguió a la suya y fue baja en la primera jornada de la Ligue 1 contra el Lorient, que terminaría en empate a cero. Y en vista de que la situación no podía llegar a más, jugador y presidente se reunieron ese 12 de agosto después del partido, donde acordarían una tregua que ha acabado convirtiéndose en un pacto de no agresión.

Y aunque desde Qatar se llegó a filtrar que estaba a punto de renovar, lo que realmente se pactó, y se confirmó después de que el PSG levantara la Supercopa, fue que Mbappé perdonaría 80 millones de euros en concepto de primas de fidelidad para que el PSG no sufriera pérdidas estratosféricas en verano.

Al-Khelaifi y Mbappé, en la rueda de prensa de la renovación del francés

Al-Khelaifi y Mbappé, en la rueda de prensa de la renovación del francés / EFE

Este 'pacto de agresión' hace sonreír a ambas partes. Y es que si el francés no renueva, aunque deje de ganar 80 millones, podrá salir ganando con una prima de firma con el equipo con el que termine comprometiéndose. Pero si termina quedándose en tierras parisinas, el club le abonaría una prima de renovación.

Aunque lo que está claro, es que el culebrón todavía tiene que dar mucha guerra, así lo afirmó ayer el propio Mbappé: “Aún no he tomado una decisión. Pero tenemos un acuerdo con el presidente que significa que todas las partes están protegidas. Mi futuro no es una cuestión interna. Hay que pensar en el equipo”.