Lopetegui obra el milagro en Wolverhampton ante Unai Emery

La sonrisa y la euforia de Julen Lopetegui al final del Wolverhampton - Aston Villa estaban totalmente jusrificadas. El técnico de Asteasu prácticamente lideraba la celebración de su equipo sobre el césped de Molineux, después de haber conseguido tres importantísimos puntos que certificaban matemáticamente la permanencia de los de las West Midlands en la próxima edición de la Premier League.

Y es que el panorama era bien distinto en noviembre, cuando el vasco tomó las riendas de los 'lobos'. En aquellas fechas, el club del Black Country ocupaba plazas de descenso y parecía condenado a la Championsip. Sin embargo, las puertas se abrieron de par en par con la destitución de Lopetegui en Sevilla. El guipuzcoano hizo las maletas a Inglaterra y, desde entonces, ha dotado al equipo de un estilo de juego reconocible que le ha permitido asegurar la permanencia en la élite del fútbol inglés.

Un solitario tanto de Toti fue suficiente para que los 'wolves' vencieran a los 'villains'. Con el 1-0 favorable, el Wolverhampton jugó al conservadurismo y salió airoso del encuentro. El Villa acumuló ocasiones, pero Emi Buendia, Ollier Watkins, Ashley Young, Tyrone Mings pecaron de falta de puntería o se encontraron con buenas intervenciones de José Sá.

Al final, con muy poco, el cuadro local se llevó una victoria con la que matemáticamente consiguió la salvación (está a diez puntos de distancia de las plazas peligrosas con nueve puntos en juego) y que provocó un paso atrás en las aspiraciones europeas del equipo de Emery.

Fue un encuentro con muchos focos noticiables. Lopetegui recuperaba a Diego Costa en la delantera y se reencontró con un viejo conocido como Unai Emery y Diego Carlos, el que fuera su central la temporada pasada en el Sevilla, formando una pareja impenetrable junto al hoy barcelonista Joules Koundé.