El Liverpool se aferra a la Premier

Salah anotó antes de lesionarse

Salah anotó antes de lesionarse / EFE

Albert Gracia

Este Liverpool tiene más vidas que un gato. Cuando parecía que se le escapaba el sueño de la Premier League, apareció un héroe inesperado como Origi para mantener la ilusión en el Merseyside. Los de Klopp sudaron como nunca pero acabaron ganando como siempre. Es la ley del más grande y el Liverpool quiere estar aí hasta el final, aunque sea sufriendo. 

120127

Premier League

2
3
Alineaciones
Newcastle
Dúbravka; Manquillo, Schär (Muto, 91'), Lascelles, Dummett, Ritchie; Ayoze, Ki, Hayden, Atsu; Rondón.
Liverpool
Alisson; Alexander-Arnold, Lovren (Milner, 83'), Van Dijk, Robertson; Fabinho, Henderson, Wijnaldum (Shaqiri, 66'); Salah (Origi, 73'), Sturridge y Mané.

Tras la debacle en Champions, al Liverpool le tocaba mirar hacia delante. Y ahí estaba el Newcastle, un rival que ondea la bandera de la incomodidad. Pocos equipos más rocosos y pesados, en el buen sentido de la palabra, que este cuadro de Benitez. Pero todo pasaba por hacer un buen papel en St. James Park y los ‘reds’ se pusieron manos a la obra. No había tiempo que perder.

Klopp decidió salir con su mejor once y puso toda la carne en el asador. Se esperaba un partido reñido, con constantes interrupciones y en el que el Newcastle apostaría por un juego subterráneo basado en tratar de frenar la maquina ‘red’. No podíamos estar más equivocados. El duelo fue un constante ida y vuelta. Y ahí el Liverpool se mueve como pez en el agua.

El cuadro del Merseyside saltó al verde con ganas de mirar el City por el retrovisor y pronto le insinuó al Newcastle que no pasaba por allí a hacer turismo precisamente. Sin claras ocasiones, el Liverpool se fue acercando a la meta de Dúbravka hasta que Van Dijk dijo “aquí estoy yo”. El central neerlandés remató a placer en un saque de esquina. Benítez se desesperó en la banda. Normal, duele encajar de estrategia ante un equipo grande y más cuando habías planificado un partido defensivo.

El Newcastle apretó

El tanto de Van Dijk le obligó a romper la libreta a un técnico español que  decidió mover filas. De nada valía ese 0-1 y ordenó a sus tropas avanzar líneas. El Liverpool se encontraba cómodo sobre el verde pero desconectó cinco minutos y a punto estuvo de pagarlo muy caro. Atsu, en una jugada embarullada, anotó el tanto del empate. Gol feo, raro y lleno de rebotes. Gol ‘made in Benítez’. Pero vale igual.

Con el tanto, el Newcastle continuó amenazando y Ayoze, cinco minutos más tarde, tuvo el 2-1 pero estrelló su volea en el larguero. Le tocaba reaccionar al Liverpool. No quedaba otra. Y eso hizo. Del posible tanto de las ‘urracas’ al 1-2 de Salah. El egipcio hizo bueno un centro de Alexander-Arnold para volver a poner a los suyos por delante. Tras el tanto, el Liverpool no quitó el pie del acelerador e incluso pudo abrir brecha pero Mané erró en un uno contra uno ante Dúbravka. 

En la reanudación, el partido no bajó de ritmo y el Newcastle continuó creyendo en la gesta para desesperación de un Liverpool que llegaba y llegaba pero no acababa de encontrar la forma de abrir brecha. Pero el que sí lo hizo fue Rondón. El venezolano cazó un balón en el área y lo empaló a la red. Los del Merseyside estaban al borde del KO. Klopp introdujo cambios y apostó por juntar a Salah, Mané, Sturridge y Shaqiri. Aunque no le duró demasiado la receta. 

Lesión de Salah

Y es que Salah se tuvo que marchar en camilla tras un duro choque con Dúbrovka dejando helada a toda la afición 'red'. Con la lesión del egipcio, el Liverpool se sintió destemplado. Hasta que apareció un héroe inesperado. Origi, uno de los menos habituales, ganó el partido con un cabezazo. Por la afición, por Klopp o por Salah. Da igual. Lo único importante es que el Liverpool sigue en la carrera por la Premier antes de medirse al Barça en Champions.