Historia SPORT

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El día que el Arsenal 'renunció' a la Premier

Mikel Arteta cuida todos los detalles que le rodean a él y a su equipo, pero tiene una 'mancha' en su expediente que nunca olvidará

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Mikel Arteta siempre se acordará del empate a cero en el Etihad

Mikel Arteta siempre se acordará del empate a cero en el Etihad / @Arsenal

Clàudia Espinosa

Clàudia Espinosa

Hizo todo lo que estaba en su mano. Y que a un 'obseso' de los detalles como Mikel Arteta se le volviera a escapar un título que parecía tener agarrado con ambas manos, implica que parte de su plan no salió como esperaba.

Desde su llegada en 2019, su máxima aspiración ha sido la de arrebatarle la corona al Manchester City. Y ayer se quedó, por segundo año consecutivo, a las puertas de la gloria. Si el año pasado eran cinco los puntos que los separaban del City de Pep Guardiola, en este fueron tan solo dos.

A Mikel hay algo que se le escapa. Y desafortunadamente, tendrá que esperar al siguiente curso para encontrar cuál es la pieza que falta en su particular puzzle. Porque claro, si te has marcado una temporada de casi 90 puntos, sufriendo solo cinco derrotas, y habiendo marcado 91 goles y encajado 29, lo 'normal' es que hubiera servido para levantar el título de la Premier League.

'ADICTO' A SU TRABAJO

'Mal de muchos, consuelo de tontos', dicen. Y Arteta no está para lamentos. De hecho, ya está maquinando su plan y analizando todos los detalles de la presente temporada para corregirlos de cara a la siguiente.

Sí, el vasco es de esos 'workaholics' (o adictos al trabajo) que se pasan las 24 horas del día enfocados en su profesión. Su mente no descansa, no hay un día que no se lo pase planificando y pensando qué hará en el próximo partido de su equipo.

Declan Rice y Jack Grealish durante el Arsenal - Manchester City

Declan Rice y Jack Grealish durante el Arsenal - Manchester City / EFE

Apenas una hora después de vencer al Luton en el Emirates Stadium el pasado 3 de abril, puso rumbo a su despacho para analizar a su próximo rival, el Brighton. Y algo parecido sucedió tras la victoria al Wolves en el Molineux Stadium. Durmió un par de horas y se puso a examinar las debilidades del Chelsea, al que se enfrentaban en unos días.

Y se 'castigó' por la dura derrota ante el Aston Villa. Mirándose una y otra vez los cortes del partido para identificar qué salió mal.

Se mira y 'remira' las ruedas de prensa de los entrenadores rivales, porque considera que le brinda una ventaja 'extra'. Y puede recoger material para incluir en sus discursos motivacionales 'prepartido'.

Arteta, abrazando a Pep Guardiola

Arteta, abrazando a Pep Guardiola / EFE

En definitiva, que Mikel Arteta cuida todos los detalles que le rodean a él y a su equipo. Está en busca de la excelencia que daría, de una vez por todas, el título de la Premier.

SIEMPRE RECORDARÁ ESE DÍA

Hay una fecha que quedará para siempre en el recuerdo de Mikel. Y no será una recuerdo feliz, precisamente. Después de 22 días de descanso, un 31 de marzo de 2024, el Arsenal visitaba el Etihad Stadium con la certeza de que la victoria le dejaría cuatro puntos por delante del Manchester City, a falta de nueve partidos para el final.

Era un paso de gigante. Pero una vez echó el balón a rodar, la disposición táctica de Arteta no dejó a nadie indiferente. Y ese 0-0 quedará en la memoria del técnico para siempre.

Nunca será capaz de admitir su 'error', pero ese plantamiento de seguridad y extremadamente defensivo terminó condenando a un Arsenal que salió al césped del Etihad a evitar la derrota, no en busca de la victoria.

Rodri no pudo dejarlo más claro en la celebración del título: “La diferencia fue la mentalidad. Cuando [el Arsenal] vino aquí, no querían ganarnos”.

Quién sabe qué habría pasado si Mikel Arteta hubiera planteado el partido de otra manera...