HISTORIA SPORT

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Lisandro Martínez, el apodado ‘carnicero’ que pudo vivir de la obra y ahora lidera al United

Lisandro Martínez, que se perdió la ida por sanción, apunta a ser titular en el eje de la zaga del Manchester United ante el Barça

El de Gualeguay ha aterrizado de pie en un Old Trafford que le adora al grito de "argentino, argentino"

Lisandro Martínez, importantísimo en los esquemas de Ten Hag

Lisandro Martínez, importantísimo en los esquemas de Ten Hag / EFE

Albert Gracia

Albert Gracia

“Su pase es muy bueno, se ve agresivo. Parece un líder. No es un mal jugador, pero para jugar a ese nivel de fútbol con esa altura, no me gustaría jugar junto a alguien que mide 1,75 como defensa central”. Jamie Carragher nunca ha sido un tipo al que le guste especialmente recular. Ni como jugador ni ahora que es comentarista. Opina y raramente cambia de parecer. Aunque siempre hay alguna excepción. El caso de Lisandro Martínez (Gualeguay, 1998) debe ser una de ellas.

Semanas después de esas palabras, Carragher tuvo que arrepentirse. No fue el único que cargó contra él antes de tiempo. Porque cuando el argentino aterrizó en la Premier League, este pasado verano como petición expresa de Ten Hag, todo eran dudas. No solo por tener que pasar de una liga ‘jugona’ como la neerlandesa a otra más exigente físicamente como la inglesa y de su fichaje por algo más de 60 ‘kilos’, sino por su estatura. Sobre todo por su estatura.

Pocos se creyeron al de Gualeguay como un central capacitado para ser titular en todo un Manchester United con su 1’75 metros de altura. Pero vaya que si estaba preparado. Porque Lisandro Martínez tiene claro que, a posibles y grandes debilidades, más trabajo y más constancia. Su carrera se ha basado en eso. Así lo relataba en una entrevista reciente en TyC: “Yo quiero seguir mejorando todo. No hay un límite. Si yo quiero saltar más alto, tengo que trabajar para eso y seguir y seguir. Me quedo con el trabajo en silencio día a día”.

Un 'No' al Arsenal

Trabajo, sacrificio, intensidad, agresividad, fuerza, buen pie, humildad por bandera y ese gen de liderazgo innato que lo convierte en un jugador especial para cualquier entrenador. Incluido Ten Hag, su gran y único maestro en Europa. El neerlandés, una vez aceptó ser el nuevo técnico del United, no dudó en convencer al argentino, a quien tuvo en el Ajax, de ser una de las piezas clave del proyecto. Le esperó hasta el final, hasta que Lisandro rechazó una oferta del Arsenal para irse con él. No fueron campanas al vuelo. Una vez aterró en Old Trafford este pasado verano, ya nadie le apartó de la titularidad.

Al de Gualeguay no le ha pesado nada ‘sentar’ al capitán Maguire y ponerse él como capitán espiritual del equipo. A base de actuaciones soberbias y de dar solidez a una línea defensiva que llevaba años haciendo aguas con los Jones, Lindelöf y compañía. Como si llevara toda la vida jugando como ‘red devil’. Es uno de los líderes de este Manchester United que empieza a asustar en Premier League.

Aunque su madera de líder y ese gen humilde y competitivo le viene de lejos. Concretamente, de su Gualeguay natal. Lisandro creció en el seno de una familia particularmente humilde y desde muy pequeño estuvo muy arraigado a sus orígenes. Tanto que, destacando en las filas del modestísimo Urquiza, de primeras prefirió seguir con los suyos que probar suerte en un ‘grande’ como Newell’s, que lo llamó en más de una ocasión.

De la obra a la cantera de Newell's

Sin embargo, finalmente dio el paso con la ‘ayuda’ de su padre, que le emplazó a elegir entre irse a la obra con él o confiar en una posible carrera en el mundo del fútbol. Por suerte y tras un primer día complicado en la construcción, Lisandro optó por la vía deportiva. Creció en Newell’s y explotó en Defensa y Justicia, donde se hizo un nombre hasta que el Ajax lo llamó a filas en 2019.

Los ‘ajacied’ pagaron siete millones de euros por este menudo central, que había empezado su carrera como ‘10’. En Amsterdam tuvo que sudar tinta para adaptarse a un entorno y a un juego al que no estaba para nada acostumbrado. Pero Ten Hag hizo el resto. ‘Licha’, como le llaman, alucinó con el método de entrenamiento y la exigencia del preparador neerlandés, que le ayudó a mejorar en aspectos tácticos y técnicos hasta convertirse en un central capaz de jugar en el pivote en una liga como la Eredivisie.

Pese a desarrollarse en un juego más técnico que físico, Lisandro Martínez no se olvidó de sus raíces y se ganó en los Países Bajos el apodo de ‘Carnicero’ por su estilo duro y agresivo. Un término que nunca ha terminado de gustarle, pero que define a la perfección su entrega sobre el verde. Una entrega y un apodo que ha mantenido en Manchester, donde también sigue siendo un loco de las estadísticas. Porque sí, al de Gualeguay le apasiona mirar cuántos duelos gana por partido y los datos de los delanteros rivales, y se obsesiona con superar sus mejores marcas. Por eso ha logrado ser, temporada tras temporada, un central más completo.

Pudo ser azulgrana

Ahora, tras perderse el partido de ida por sanción, está decidido a eliminar al Barça de la Europa League. Un Barça que, por cierto, pudo ser su equipo hace apenas un par de temporadas. El club azulgrana sondeó su fichaje y mantuvo contactos con el Ajax para firmarlo. Finalmente, el argentino se quedó en Amsterdam y, unos meses más tarde, firmó por el Manchester United.

“Argentino, argentino” le cantan en Old Trafford. Suerte que no se dejó intimidar por aquellas voces que recelaban sobre su fichaje. Ahora, con el Mundial con Argentina bajo el brazo, es parte de la columna vertebral del equipo, aunque él prefiera optar por olvidarse de dónde está y seguir trabajando. Como si estuviera en Gualeguay.