El Arsenal se ahoga en la orilla del Fulham

Los 'gunners' remontaron, pero se dejaron empatar sobre el final

Los de Arteta lo intentaron hasta el final, pero Leno se hizo inmenso

Bukayo Saka durante el partido ante el Fulham

Bukayo Saka durante el partido ante el Fulham / AFP

Marc Bou

Nadó mucho el Arsenal en la tercera jornada de la Premier League, tratando de remontar el gol inicial del Fulham para adelantarse en el derbi de Londres. Y lo conseguían los de Mikel Arteta, aunque terminaron ahogándose en la orilla con el 2-2 final obra de Joao Palhinha.

El 2-2 aplacó a Fabio Vieira, el impulsor de la remontada del Arsenal, objeto del penalti del 1-1 y pasador del 2-1. Inédito este curso en la Premier hasta el minuto 56 de la tercera jornada, el centrocampista ofensivo de 23 años, que entró como extremo izquierdo, cambió el encuentro en el segundo tiempo, cuando el Arsenal no encontraba las vías hacia el empate, cuando Bernd Leno apenas sufría en su portería, sin necesidad aún de ninguna gran parada (luego con 2-2 hizo una magnífica), cuando perdía por 0-1 por un error de Saka.

La primera jugada del partido, a raíz del saque de centro, la mareó el Arsenal en su territorio, entre su zaga, de un lado a otro, hasta que activó el mecanismo que lo distingue en este comienzo de la 'Premier': la doble función de Thomas. Ben White avanzó, Thomas divisó la vía libre, Declan Rice combinó con Saka y el fenomenal extremo entregó el balón.

Su pase atrás al lugar que había dejado libre Thomas, en su incursión hacia el medio para la transición, lo ocupó -y lo aprovechó- Andreas Pereira: de primeras, con un tiro que sorprendió a Aaron Ramsdale, desubicado en su carrera hacia atrás, como todo el Arsenal con el gol en contra en tan solo 57 segundos de juego.

Normalmente, hace falta mucho más para doblegarlo. Ni siquiera un 0-1 tan rápido lo aplacó. El Fulham dejó un rato espacios. Su exposición fue una invitación a los 'gunners', que lo arrinconaron unos minutos con una secuencia de ocasiones y remates inverosímiles e ineficaces que advirtió que era cuestión de tiempo. No lo fue tanto. Porque el Fulham se ajustó y porque el Arsenal no fue el mismo de siempre.

Fabio Vieira relanzó al equipo en la segunda parte. El 1-1, originado por su conducción dentro del área, pero, sobre todo, por la imprudencia desproporcionada de Kenny Tete, lo transformó Saka en el minuto 69; el 2-1, con la polémica y el debate que abrirá la falta no señalada y el comportamiento del Arsenal en esa jugada (siguió como si nada con un rival en el suelo, por una falta recibida y no señalada), lo logró Nketiah.

La infracción de Saka en el origen del segundo gol es indudable. En su caída, arrastró a su marcador (Bassey) con fuerza, con un agarrón en el brazo derecho, del que tiró. Dañado, el defensor se quedó en el suelo. El árbitro, Paul Tierney, gesticuló que no era penalti a favor del Arsenal, pero no deparó en sí era falta del atacante. El juego siguió. Y fue gol.

Insuficiente para la victoria. Porque, cuando todo parecía hecho, cuando nadie intuía la reacción del Fulham, además con un hombre menos por la expulsión en el minuto 83 por doble amarilla del propio Bassey, Palhinha remató con el pie, nada espectacular, sí muy efectivo, el córner botado por Harrison Reed desde la esquina derecha. Después, Ramsdale impidió el 2-3 a Adama Traoré en el 97 y Leno voló para frustrar el 3-2 en el 99.