'Airling' Haaland quiere la Premier

El camino a la gloria no es sencillo, Erling Haaland lo sabe. El Manchester City ha dado 35 de los 38 pasos que tiene que completar para conquistar su cuarta Premier League consecutiva. Esta vez, superaron al Wolverhampton en el Etihad Stadium (5-1) con un póker del noruego, con el que se distanció de sus perseguidores en la Bota de Oro de la competición británica, y un tanto de Julián Álvarez. Con 82 puntos y un partido menos que el Arsenal (83 puntos), dependen de sí mismos para ganar la liga.

Los Wolves son uno de los tres equipos que han logrado ganar a los de Pep Guardiola esta campaña (2-1 en el Molineux). Sin embargo, Erling Haaland se encargó personalmente de que esta vez no sucediese lo mismo. El noruego sentenció el partido en la primera mitad con un hat-trick, y consiguió el póker a los pocos minutos del segundo asalto. Suma 25 goles en Premier.

OTRO DÍA EN LA OFICINA: PÓKER DE HAALAND

Rompió el empate desde el punto de penalti. Brazos en jarra, respiración profunda y para dentro. El noruego solo sonríe cuando marca, y lo haría dos veces más antes de terminar los primeros 45 minutos. El segundo llegó imponiendo su físico. Rodri le puso un 'caramelo' al segundo palo, se elevó por encima de toda la defensa, y con su poderosa cabeza cruzó el balón. José Sá solo pudo seguirlo con la mirada.

Ya en el añadido, selló el partido también desde los once metros. Explotó su potencia para quedarse solo en un mano a mano contra el meta portugués, pero Nélson Semedo lo derribó imposibilitando su disparo. Tras la revisión del VAR, el noruego repitió el ritual y la mandó a la jaula cerrando las opciones de los Wolves en el partido.

EDERSON FALLÓ Y HAALAND LO SOLUCIONÓ

Tras el descanso, los Wolves consiguieron meterse en el partido gracias a Ederson. El brasileño falló en un centro lateral y dejó un balón muerto en el área que Hwang Hee-Chan solo tuvo que empujar. Pero la alegría les duraría muy poco a los hombres de Gary O'Neil. Concretamente, un minuto. El de siempre, Haaland, clavó un latigazo desde el borde derecho del área directo al segundo palo.

El quinto del City se olía a lo lejos. De hecho, cuatro goles de Haaland parecían pocos con 30 minutos por disputar. Pero José Sá se hizo más grande que nunca para evitar el repóker del noruego y todos los intentos de sus compañeros. Resistió lo que pudo, pero Julián Álvarez lo batió con un disparo cruzado raso a cinco minutos del final.