¿Por qué tenemos pesadillas?

La respuesta más sólida hasta el momento, según especulan desde la Asociación Estadounidense del Sueño, es que favorecen el procesamiento de las experiencias intensas

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Una amenaza mortal te persigue incansablemente y no consigues correr con normalidad. O estás cayendo a toda velocidad desde una altura inevitablemente letal. Son dos de las pesadillas más recurrentes que existen <strong>según WebMD</strong>, portal especializado en información de salud, pero nuestros cerebros son capaces de crear un sinfín de historias terroríficas más mientras dormimos. Y, aunque experimentamos más pesadillas en los primeros años de nuestra vida, muchos adultos continúan viviéndolas con mayor o menor frecuencia. ¿Pero por qué sufrimos pesadillas? ¿Cumplen algún objetivo?

La realidad es que el mundo onírico continúa siendo uno de los grandes misterios de la ciencia. No existe en la actualidad una respuesta inequívocamente acertada a la pregunta sobre la naturaleza de las pesadillas. La respuesta más sólida hasta el momento, según especulan desde la Asociación Estadounidense del Sueño, es que favorecen el procesamiento de las experiencias intensas que hemos vivido durante el día. Un estrés, una incertidumbre o un miedo muy profundos necesitan ser gestionados debidamente por nuestro cerebro, y las pesadillas podrían funcionar como mecanismo inconsciente.

Gestionar estas emociones intensas conlleva en ocasiones una reformulación de esa misma intensidad. Tal y como explica en la BBC Juan Pareja Grande, responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, "las experiencias angustiosas se pueden rememorar durante el sueño adquiriendo un carácter dramático", pero también pueden servirnos para ridiculizarlas. Esto último podría ocurrir cuando nuestro cerebro asimila que el estrés o el miedo experimentado durante el día es desproporcional respecto a los hechos vividos. Crear un sueño con esos hechos y elementos absurdos es su manera de expresarlo.

No obstante, la realidad es que algunas personas experimentan muchas más pesadillas que otras. Acudimos nuevamente al portal de WebMD, donde<strong> aparecen citados</strong> algunos de los factores que podrían incrementar el número de pesadillas. Uno de los más importantes son los trastornos mentales. En ese sentido, tanto los trastornos de ansiedad como la depresión "pueden causar pesadillas en los adultos", mientras que "el trastorno de estrés postraumático suele provocar que las personas experimenten pesadillas crónicas". Y por eso es necesario, en caso de padecer muchas pesadillas, consultar a un especialista de la salud mental.

Del mismo modo, "las pesadillas en adultos pueden ser causadas por ciertos trastornos del sueño" entre los que se incluyen apnea del sueño y síndrome de piernas inquietas. Además, "quienes tienen familiares con trastorno de pesadillas pueden tener más probabilidades de padecer la afección". Un trastorno que se produce cuando las pesadillas ocurren con mucha frecuencia, ocasionan angustia, alteran el sueño, generan problemas de funcionamiento durante el día y/o provocan temor a dormir, como apuntan en la Mayo Clinic. En estos casos conviene asimismo consultar a un psicólogo especializado.

Por último, existen medicamentos y sustancias como los tranquilizantes o el alcohol que, tras interrumpir un consumo extendido en el tiempo, pueden provocar pesadillas como parte de los síntomas de abstinencia. Por eso desde WebMD recomiendan que, en caso de notar diferencias en la frecuencia de las pesadillas tras cambiar de medicamento, hablemos con nuestro médico. Después de todo, "las pesadillas pueden poseer un impacto significativa en nuestra calidad de vida", especialmente cuando impiden un descanso reparador. La falta de esto último está asociado a un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, depresión y obesidad.