“Me sorprendió la humildad con la que me llamó Lebrón”

El entrenador del Paquito Navarro y de Juan Lebrón, Rodri Ovide, analiza las primeras semanas de trabajo de la dupla andaluza después de su unión en el mes de marzo pasado. Sus objetivos, sus fortalezas, sus carácteres. 

Rodri Ovide junto a Juan Lebróon y Paquito Navarro

Rodri Ovide junto a Juan Lebróon y Paquito Navarro / Premier Padel

Àlex Masana

Rodri Ovide (Buenos Aires, 1978) es un tipo que es muy agradable de escuchar. Su discurso es interesante y su nivel de entendimiento del pádel es mayúsculo. Después de unas semanas intensas en las que he empezado a trabajar con proyectos de gran calibre, habla para Sport. Desde Asunción, Paraguay.

¿Cómo ves a Juan y a Paco?

Bien. Están contentos, con ganas, con ilusión. Evidentemente, cuando empiezas y los resultados no son los esperados… no empiezan las dudas pero te mina la confianza. Y este es un deporte donde los resultados solo llegan cuando tienes confianza. Hay que meter un paño frío. Los dos saben qué es ganar y saben que hay que tomárselo con calma y disfrutar del juego. Si juegan bien y disfrutan, los resultados van a venir solos.

¿Hay que acompañarlos o también incidir en muchas cosas del juego?

Depende. Hay momentos para acompañar, hay otros para intervenir. Hay personalidades que quieren que intervengas y personalidades que quieren que acompañes. Lo más importante que tiene que tener un entrenador es adaptarse al jugador y sacarle el máximo rendimiento. 

Y ellos…¿son más de dejarse acompañar o dejarse influir?

Juan y Paco tienen humildad para escuchar, para pedir opiniones y para también actuar según sus capacidades. Són muy conscientes de todo. Y son sabedores que si eligen un entrenador es para hacerle caso y para tomar en cuenta lo que dice. Ponerlo en práctica. Después ya evaluarán si sale o no. 

Te llama Juan para empezar el proyecto. 

Sí. Me llamó Juan con el proyecto casi cerrado. Me senté con él para ultimar detalles. Venía hablando con Juan desde el año pasado. Por si lo de él y Alejandro Galán se decantaba en ese final de temporada. En ese momento no se dió. Y cuando se separaron, me llamó Juan para explicarme la idea que tenía.

No se le puede decir que no.

Lebrón está claro que es un número 1 y Paco es Paco. Martín Di Nenno, trabajando juntos, me dijo un día: “No tratemos de entenderlo, vamos a disfrutarlo”. Los cracks son así, hay que disfrutarlos. 

¿Sus carácteres son tan volcánicos como parece? 

Dentro de la pista, los partidos van por momentos. Es verdad que hay muchas veces que se les ve encendidos. Calientes porque no salen las cosas. Quizás, con dudas. Pero para eso hay un equipo. Para desentramar lo que pueda pasar y ayudar a resolverlo. Ellos son conscientes de que tienen este temperamento. Y también saben que, a veces, les va a ir bien tener este carácter pero hay otras  veces que no va a ser el adecuado. 

¿En qué incides?

En pocas cosas. La idea no es hacer un trabajo muy profundo. Que se amolden a cerrar la pista lo mejor posible. Que el juego pase por sus mejores golpes. Y que se acoplen bien. A veces, dar tantas indicaciones o hacer futurología de cómo tienen que jugar… no funciona. Que ruede la pelota y que vean hacia donde les lleva el juego. Y que hablen ellos. Estamos en este proceso. 

¿Te ha sorprendido Juan en el apartado personal? 

La verdad es que no lo conocía nivel personal. Lo conocía de saludarnos en torneos. De hecho, tuvimos un enfrentamiento hace años y quedó fría la relación. Y la verdad es que me sorprendió que me llamara. Y sobre todo con la humildad con la que me llamó. Demuestra que clase de persona es. Sentarse conmigo, tener una buena charla y empezar a trabajar. Lo que mata a Juan son la injusticias, las cosas que pasan dentro de la pista. Él ve claras unas cosas y la gestión emocional con las pulsaciones altas,  hace que tenga ese bote pronto. Pero, sacando esto, es un chico fantástico. Entregado 100% a trabajar, a mejorar y a hablar 14 horas si sirve para solucionar algo. Siempre está dispuesto a ayudar. Me está sorprendiendo para bien. 

¿Le ha afectado el cambio?

A todos nos afectan los cambios grandes. Acostumbrado a estar 4-5 años con un equipo, con un compañero, con un entrenador, en lugar de entrenamiento… y, de un día para otro, caes en otro lado. Con otra gente, con un entrenador que te dice cosas distintas. Todos los cambios te tienen que golpear y desestabilizar. Es como una mudanza; piensas que te mudas para bien pero te sigue estresando igual. 

¿El inicio de Galán y Chingotto te ha sorprendido?

Sorprender no sorprendre. Son dos grandes jugadores que todos esperábamos que jugaran bien. Quizás no para ganar los dos primeros torneos juntos tan pronto pero sí que todos esperábamos que esa pareja rinda bastante bien. 

¿Crees que a Juan le puede pesar?

Es como todo. Te lo remito al plano personal: tú estás con una pareja, lo dejas y a las dos semanas está con otro o con otra. Posteando una vida feliz en Instagram. Al otro le va a doler, le va a picar un poco. Ahí está la gestión por hacer. Pero, como dice siempre Paco, la temporada se valora por como termina y como acaba. El año es muy largo. 

¿Están listos para luchar por el número 1?

Todo está muy abierto. Las 4 primeras parejas tienen posibilidades. Entre los P1 y los Major… Si ganas un Major y en otro te metes en la final… y has ganado dos P1… estás con posibilidades de estar en la lucha. Está todo muy abierto. Por puntos y por el inicio del año, Tapia y Coello se perfilan como favoritos, es verdad. Pero, el año pasado, pegaron un bajón y Stupa-Di Nenno estuvieron cerca de quitárselo. Veremos.