Marina Guinart: “En el pádel hay que pensar en uno mismo”

La número 1 de Catalunya explica su decisión de cambiar de pareja y sus expectativas para este 2023

"Carol Navarro buscaba a alguien que le abarcara mucha pista y le ganara puntos"

Marina Guinart

Marina Guinart debutó en Bruselas junto a Carolina Navarro / WPT

Àlex Masana

Marina Guinart habla claro. La número 1 del ranking catalán llegó al pádel hace tan solo tres años y sigue creciendo a marchas forzadas. En Bruselas, empezó un nuevo proyecto con la veterana Carolina Navarro.

¿Te llamó ella?

Si. Lo habían dejado con Mari Carmen Villalba y necesitaba alguien que le abarcara mucha pista y le ganara puntos. Y me dijo que creía que era la persona adecuada. 

¿Se marcan los roles en ese momento?

Carol es una tía muy humilde y sabe en qué punto está de su carrera. Es muy sincera y yo también. Pusimos encima de la mesa lo que hacíamos bien y mal. Y que creíamos que no podría ir bien. Dejamos fuera egos y tonterias. Somos las dos muy realistas. Partiendo de esta base está siendo todo muy fácil. 

¿Has dado un paso para adelante en este 2023?

Si. Me lo pensé mucho porqué con Nuria estaba haciendo muy buenos torneos. Era una chica con quien tenía muy buen feeling, que competimos muy bien. Pero creo que con Carol ganamos experiencia. Tengo la sensación que me puede aportar mucho como jugadora. Nos la jugamos porqué con Carol solo habíamos cruzado tres palabras y no nos conocíamos. Pero, de momento, estoy muy contenta con el cambio.

¿Os marcáis objetivos?

No hemos hablado nunca de resultados. Ir a ganar los máximos partidos posibles y ya está. Objetivos de pareja sí: tenemos un plan de juego y queremos jugar de una manera. Ella tiene una edad y necesita que alguien le abarque mucha pista, ser yo quien finalice los puntos. Y ella me ayudará con la defensa. 

¿Cómo es fuera de la pista?

Muy buena tía. Muy campechana. Nos parecemos mucho en esto. 

¿Te sorprenden tantos cambios?

A mí me gustan muy poco. Cuando estoy bien con alguien quiero estar para toda la vida. Me gusta la estabilidad y estar en mi zona de confort. Cuando estoy bien no quiero remover cosas. Pero el pádel es así… cuando te llama alguien con quien crees que tendrás más feeling o que tiene un ránking superior, es un tren que te pasa y quizás es el bueno. La mayoría de cambios no son porque una quiere, pero es nuestro trabajo y tienes que mirar un poco por ti. Ser un poco egoísta. Las del top 8 saben que si llaman a una del top 16 seguramente le dirá que sí. Y allí empieza el baile.

¿Buscas un salto definitivo para instalarte en rondas altas?

Es el objetivo. Todos los pasos que hacemos nos tienen que llevar a mejor algo que cada vez cuesta más. El circuito está igualadísimo. Excepto las dos primeras que están a una diferencia muy bestia respecto el resto, todas estamos muy igualadas. No te puedes relajar ni medio partido. Ahora se valora mucho pasar cada ronda. 

¿Cómo fue la charla con Nuria, tu expareja?

Muy dura. Nos llevamos muy bien. Teníamos un vínculo muy fuerte. Sabía que no se lo tomaría bien. Carol no tiene mejor ránking para que yo pudiera justificar el cambio. Estábamos jugando muy bien y haciendo los mejores resultados de mi vida. Le dije que quizás me equivocaba pero que lo tenía que probar. Primero coger el tren y si no sale… pues arrepentirme después. Tomé la decisión y no estaba ni segura.

¿Con qué estarías satisfecha a finales de año?

Mi progresión está siendo muy buena. Cada año me marco hacerlo mejor que el anterior. Habrá un momento que me estancaré, pero espero que no llegue. Creo que me queda mucho margen de mejora. Y eso es bueno porque puedo mejorarlo y malo por que tengo gente por delante.