La ruta Minera, una marcha de puro cicloturismo por el Berguedà

Los amantes del ciclismo de carretera pueden disfrutar de una ruta de 166 kilómetros con más de 4.000 metros de desnivel acumulado  

Un ciclista recorriendo un tramo de la ruta Minera en la comarca del Berguedà

Un ciclista recorriendo un tramo de la ruta Minera en la comarca del Berguedà / ©Ricard Calmet

Enric Arqués

Todos los amantes del ciclismo de carretera tienen múltiples opciones para disfrutar de la bicicleta alrededor de Catalunya. Una de ellas es la llamada ruta Minera que en 2014 un grupo de aficionados a la bicicleta instauraron como marcha cicloturista. Escogieron este nombre para bautizar esta ruta en honor a los municipios que de algún modo estuvieron ligados a la actividad minera, como Guardiola de Berguedà, Cercs, Fígols, Vallcebre y Saldes. 

También era una manera de establecer un paralelismo con la exigencia del recorrido propuesto y el espíritu del ciclismo, como deporte que lleva implícita la idea de sacrificio y superación, con la dureza y el esfuerzo del trabajo en la mina. Así, desde una vertiente lúdica, deportiva y por el placer de conseguir un reto personal, la ruta Minera nació con el objetivo de rendir un humilde homenaje a los hombres y mujeres que sufrieron y lucharon por sacar adelante su vida en las minas del Alt Berguedà durante más de cien años. 

LOS RECORRIDOS DE LA MARCHA 

El recorrido de la primera edición fue de 166 kilómetros y 4.150 metros de desnivel positivo acumulado. En 2017, para ampliar la oferta se creó la versión corta de la prueba con una distancia de 116 km y 2.800 metros de desnivel. Un año después, esta versión corta de la prueba tomó el nombre de la “ruta Pedraforca” con la voluntad de dar cabida a los ciclistas que prefieren un trazado menos exigente. Aunque no deja de tener su dificultad y asciende seis puertos significativos: el coll de la mina, el coll de Port, el coll de Josa, el coll de la Trapa, el coll de Pradell y el coll de Fumanya.  

En todo momento el recorrido transcurre por carreteras muy tranquilas, con muy baja densidad de tráfico e ideales para la práctica del ciclismo de carretera. Se atraviesan una cantidad muy variada de paisajes, tanto de media montaña en el entorno del Coll de la Batallola y Sant Jaume de Frontanyà, como de alta montaña en el área del Coll de Pradell y el Port del Comte hasta las llanuras de la Catalunya Central que se observan desde el Coll de la Mina, ya con la ciudad de Berga a la vista. 

Además, cabe destacar que se corona el Coll de Pradell, que todavía es un puerto desconocido para muchos cicloturistas a pesar de ser uno de los tres más duros de Catalunya, junto con el Mont-Caro y el Turó de l’Home. Tiene una longitud de 21 kilómetros, un desnivel medio del 7,1% y unas rampas máximas de hasta el 23%, en una zona donde el asfalto se convierte en pavimento de hormigón. ¡Todo un reto para poner a pruebas las piernas!