Xavi tiene plantilla para ganar títulos

Xavi Hernández, durante un entrenamiento del FC Barcelona

Xavi Hernández, durante un entrenamiento del FC Barcelona / Valentí Enrich

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Xavi ya tiene la plantilla que quería. O casi: ha faltado solo la incorporación de Bernardo Silva. Pero el técnico contará finalmente con siete nuevos futbolistas que subirán mucho el nivel del equipo y, sobre todo, aumentarán la competitividad. Ayer, en una jornada de infarto, el Barça cerró los fichajes de los laterales Marcos Alonso y Bellerín (además de las salidas de Aubameyang, Braithwaite, Dest y Abde), que se unen a Lewandowski, Koundé, Raphinha, Kessie y Christensen. Una auténtica revolución del vestuario que era absolutamente imprescindible para iniciar la resurrección del club blaugrana. Laporta ha hecho una apuesta valiente, con una gran inversión económica (más de 160 millones de euros), para construir un Barça capaz de volver a luchar por los títulos. Y ahora debe ser el entrenador quien saque el máximo rendimiento a estos jugadores. Xavi es consciente de la presión que asume, pero la acepta con naturalidad. El, mejor que nadie, sabe lo que es y lo que representa el Barça. Y esta temporada la exigencia será enorme. 

Después de demasiados años de decepciones y fracasos, los socios y aficionados quieren sentirse nuevamente orgullosos de su equipo. Un deseo que pasa, inexorablemente, por las victorias. Jugar bien y ganar. Talento y efectividad. Espectáculo y triunfos. El reto, por supuesto, es gigantesco. Pero el entrenador tiene las ideas muy claras y una hoja de ruta excelentemente marcada. Ante la Real Sociedad y, sobre todo, frente al Valladolid vimos de lo que es capaz de hacer este Barça. Es pronto para sacar conclusiones definitivas y más pronto aún para lanzarnos a la euforia desmedida. Pero hay ilusión. En el campo y en la grada. Y esa es la clave del éxito.

Xavi es extraordinariamente culé. Y si ha aceptado sentarse en el siempre complejo banquillo del Camp Nou es por su amor a un club en el que ya lo ganó absolutamente todo como jugador. Su vanidad, en este sentido, está más que cubierta. Su objetivo ahora es ver como su Barça vuelve a estar en la élite del fútbol mundial. Él, como millones de barcelonistas de todo el mundo, se ha sentido avergonzado por la imagen ofrecida por la entidad (institucional y deportivamente) en los últimos tiempos. Y se ha unido al sueño de Laporta: hacer del Barça, otra vez, el mejor equipo del mundo. Desde hoy tiene todas las herramientas para hacerlo posible. O, como mínimo, para intentarlo con las máximas garantías.