A Xavi no se le puede poner la soga al cuello

Xavi Hernández, durante un entrenamiento

Xavi Hernández, durante un entrenamiento / FC Barcelona

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Vivimos un tiempo en que el calor nos afecta más de la cuenta. Somos víctimas de los termómetros que se convierten en enemigos. No sabemos muy bien si es culpa del cambio climático o de nuestra limitada resistencia ante la adversidad. Lo único cierto es que las altas temperaturas lastran nuestras piernas y nublan nuestra mirada. Los años pasan factura y hay días que uno sirve para poco. En tales circunstancias, mejor hablar de fútbol que del sexo de los ángeles.

Falta menos de un mes para que se inicie la Liga, el equipo de Xavi retoma la actividad con nuevos alicientes y las expectativas se disparan en función de los fichajes que se van anunciando. Soñar es gratis pero es aconsejable poner puertas a la imaginación. En el fútbol querer no es poder. Hace falta estructura, experiencia y talento. Hay que recordar de dónde viene el Barça, qué potencial tiene y los rivales con los que compite. En este sentido hay una diferencia abismal entre la competición nacional y la Champions. Hay plantilla para plantar cara al Madrid y revalidar el título de Liga, pero salta a la vista que a nivel internacional todavía estamos en inferioridad respecto a los más grandes. 

Está bien ponerle presión a Xavi y exigir el máximo al equipo. Pero al mismo tiempo hay que ser realistas, reconocer que viviendo de la nada no son suficientes tres temporadas para llegar a la cima en una época donde los clubs estado y los fondos de inversión marcan diferencias económicas. Nuestro admirado y siempre elogiado Guardiola nos puede servir de ejemplo. El mejor que nadie sabe lo difícil que es ganar en Europa. Estuvo tres temporadas en el Bayern y no lo consiguió. En el City ha necesitado siete años ganar la primera Champions del club inglés.

En su tercera temporada, a Xavi no se le puede poner la soga al cuello. No hay que obsesionarse por el título más deseado. Es determinante hacer un campeonato de Liga con buen fútbol y regularidad para llegar a la competición europea con confianza y posibilidades. Es evidente que están obligados a mejorar con creces los tristes papeles de las dos últimas ediciones. Alcanzar los cuartos de final podría ser un objetivo realista, llegar más lejos sería digno de nota. Para ello es muy importante que el Barça aprenda a jugar las competiciones por eliminatorias con la misma mentalidad del Real Madrid. Los partidos decisivos hay que afrontarlos con mentalidad ganadora, sin temores y como si fueran finales. En eso se ha fallado mucho los últimos años. Es hora de aprender la lección.