Vitor Roque y el fútbol insostenible

Vitor Roque, la gran esperanza

Vitor Roque, la gran esperanza / FCB

Jordi Badia

Jordi Badia

El FC Barcelona ha fichado al brasileño Vitor Roque por 60 millones de euros, 30 de fijos más 30 de variables, parece que de fácil cumplimiento. Tanto da. Roque tiene 18 años y nadie puede saber si cumplirá con las expectativas que han motivado su fichaje. Lo que es seguro es que se trata de un nuevo ejemplo de la irresponsable insostenibilidad del fútbol. Y no porque sea un fichaje que el club blaugrana, en una situación económica peligrosa, no debiera permitirse.

El fútbol se ha convertido, en las últimas dos décadas, en una de las industrias más rentables. Pero solo para algunos de sus operadores. Los futbolistas y sus agentes, básicamente. Ellos han sido los grandes beneficiados de la hipercomercialización que ha sufrido el deporte profesional, en general, y el fútbol, en particular. En ningún caso lo han sido los clubes. Si hay alguno, es excepción. Al contrario, se han convertido en instrumentos financieros con los que especular. El caso el Manchester United, probablemente. Los Glazer lo adquirieron en 2005 por 915 millones. Ahora, han vendido el 25 por ciento a Jim Ratcliffe, de Ineos, por 1.235 millones. Llegaron a pedir 6.000 millones por la totalidad, sin que las prestaciones deportivas desde entonces los justifiquen.

El fútbol es una de las industrias más rentables, pero solo para algunos de sus agentes

Además de no ser los beneficiarios, los clubes también son los responsables. Sus directivos, se entiende. Por consentir y favorecer este despropósito. Gavi, Pedri, Balde o Lamine son buenos ejemplos. Quizás lo podría ser Guiu. Otra de las razones para avalar la Superliga. Aunque, de buen seguro, encallaría en el marco teórico.