¿Es Vinicius el nuevo Neymar?

Vinicius, celebrando un gol

Vinicius, celebrando un gol / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

El debate abierto sobre Vinicius plantea cuestiones importantes de fondo aunque está siendo utilizado con finalidades dudosas: magnificar el debate sobre este brillante futbolista brasileño se ha convertido para algunos en una oportuna cortina de humo para no hablar del pésimo momento que atraviesa el Real Madrid, a ocho puntos del Barça, tras un mes aciago en el que su rendimiento ha caído en picado.

Sí, Vinicius es ahora mismo la mejor arma para desviar la atención, de ahí que sea el propio Ancellotti el que engorda la polémica. Pero esto no quiere decir que no haya un mar de fondo real. De hecho, el cocktail exlosivo en el que se ha convertido cada una de las paticipaciones de Vinicius fuera de casa tiene ingredientes ya conocidos: un jugador con personalidad, fantasioso y atrevido, que es visto como un provocador. Añádenle además unas gotas del racismo subyacente y vergonzoso que todavía existe en cualquier campo de España, y el resultado es un jugador hipermediatizado, que parece jugar un partido él solo contra todo el mundo.

Vinicius es sin duda una víctima de los otros pero también de él mismo: su gesto innecesario de besarse el escudo en Mallorca solo añadió más leña al fuego y dio argumentos a sus detractores. Y es que todo el ruido que acompaña a Vinicius recuerda cada día más al que rodeaba a Neymar en su etapa blaugrana. En los dos casos, se produce una criminalización perversa del 'jogo bonito', como si driblar a alguien, con o sin ravona, fuera un delito. Y en los dos casos, la personalidad explosiva del futbolista no ayuda precisamente a generar un clima adecuado para jugar al fútbol. El primer efecto de este fenómeno es convertir al futbolista en un semidios, el segundo efecto es su rendimiento, que empieza a quedar afectado: en sus 9 últimas salidas fuera del Bernabeu Vinicus no ha marcado ni un solo gol. El primero que debe salir del debate y concentrarse en el fútbol es el propio Vinicius. En su día, Neymar empezó a victimizarse, a veces con razón y otras sin ella, y poco a poco se fue alejando del fútbol. Hay que vigilar, porque convertirse en el jugador más polémico y/o más mediático del mundo no tiene nada que ver con ser el mejor. Ya sabemos que Neymar se quedó a medio camino, a pesar de ser un gran jugador, y prefirió ganar mucho dinero a entrar en la historia del fútbol. Vincius deberá decidir en breve si quiere ser un nuevo Neymar o quiere dedicarse a jugar al fútbol. Neymar también empezó su declive quejándose todo el día.