Otra vez, no: ¡No tapen a Alejandro Balde!

Alejandro Balde después de asistir a Lewandowski en el primer gol ante la Real Sociedad

Alejandro Balde después de asistir a Lewandowski en el primer gol ante la Real Sociedad / Javi Ferrándiz

Ernest Folch

Ernest Folch

Cuando a los 30 segundos de empezar el partido en Anoeta Alejandro Balde se lanzó al vacío ante el estupor de sus rivales y cedió una pelota maravillosa para que Lewandowsky empujara su primer gol como blaugrana al fondo de la red, muchos pensamos que tras casi una década de penitencias y ridículos varios había terminado la maldición de la banda izquierda.

Una intuición que se hizo convicción cuando en la siguiente jornada, contra el Valladolid, Balde volvió a completar una actuación soberbia. La irrupción de este chico, que entró a la cantera del Barça procedente del Espanyol con solo ocho años, y que lleva más de un década como blaugrana, parecía el fin de una pesadilla de una banda maldita desde hace años.

La única excepción ha sido el feliz fichaje de Jordi Alba en 2012, que hubiera tenido un competidor de garantías si en 2016 Luis Enrique hubiera conseguido retener a Grimaldo, una de las fugas más incomprensibles de los últimos tiempos, convertido posteriormente en una gran estrella de la liga portuguesa.

Hubo una segunda oportunidad de enmendar el error con la explosión de Cucurella en el Eibar cuando todavía era propiedad el Barça, pero la miopía de Valverde y de la secretaría técnica de entonces, y la insensibilidad manifiesta de la directiva de Bartomeu con la cantera precipitaron su salida al Getafe y su incomprensible desvinculación del club: prueba de este desvarío es su espectacular fichaje este verano por el Chelsea por 68 millones de euros.

En medio de estos dos tristes casos, la suplencia de esta banda osciló entre la irrelevancia de futbolistas como Lucas Digne y del ambidiestro Adriano Correia, o el posterior naufragio de Junior Firpo, fichado a bombo y platillo, pero que acabó naufragando sin ningún protagonismo.

En los últimos años, Jordi Alba ha jugado directamente sin competencia directa y su rendimiento ha ido decreciendo inevitablemente. Hasta que el 21 de agosto llegó Alejandro Balde en Anoeta y creímos que por fin empezábamos a salir del pozo de la banda izquierda. Balde es una apuesta valiente y decidida de Xavi, que ya ha advertido que cree firmemente en el canterano

Sin embargo, el Barça negocia en las últimas horas la incorporación de Marcos Alonso, de 31 años, que puede servir o bien para enterrar definitivamente a Jordi Alba o bien para tapar y cortar la carrera de Alejandro Balde. Por favor, ¡no nos volvamos a equivocar! ¡No repitan el error de Grimaldo y Cucurella! ¡No tapen a Alejandro Balde!