El VAR no lo arregla todo

El penalti que le han pitado a favor al Real Madrid en el partido contra el Chelsea

El penalti que le han pitado a favor al Real Madrid en el partido contra el Chelsea / SPORT

Maria Tikas

Maria Tikas

"Nos han robado”. Clara, concisa y contundente. Emma Hayes no se calló tras lo ocurrido en Valdebebas. No daba crédito, la entrenadora del Chelsea, que vio como a su equipo, a once minutos del final, le pitó Frida Klarlund un penalti en contra por una falta un par de metros fuera del área y luego le anuló el 2-3 en último segundo del añadido por fuera de juego de una Sam Kerr que no intervino en la jugada. Por enésima vez, la ausencia del VAR y el arbitraje vuelven a estar en el foco de la polémica del fútbol femenino. 

El Chelsea de Hayes fue esta vez el perjudicado, pero hace unos meses, en las semifinales de la Champions contra el Lyon, la moneda le cayó de cara. Porque no hay excepción. En cada jornada hay polémica. Más en la Liga F que en la Champions, eso sí. Aunque no es nada nuevo, porque de ‘profesional’, la competición doméstica tiene poco más que el nombre, de momento, aunque de esto ya hablaremos otro día.

Sin ir más lejos, en la última jornada liguera, el Sporting Huelva vivió lo mismo que el Chelsea contra el Betis. Iba perdiendo 0-1 y la árbitra Zulema González señaló la pena máxima por una falta, también, fuera del área de Raiderlin Carrasco a Rosa Márquez y que en todo caso era roja directa y expulsión -solo vio amarilla-. 

Así, tantos otros. No es una cuestión de favoritismos, no hay un equipo que salga más beneficiado. Puede ser el Betis, el Huelva, el Atlético, el Madrid, el Levante Las Planas o el Barça. Los errores con las tarjetas -incluso amonestar a una jugadora cuando la falta es de otra-, los fuera de juego inexistentes o los penaltis inventados son el pan de cada día.

Y no. El VAR no es la gran solución. Aunque, evidentemente, algo mejoraría la cosa y ayudaría a minimizar los errores, como reclaman las jugadoras. Las árbitras convocaron una huelga el año pasado hasta que lograron cobrar casi el doble que el salario mínimo de las futbolistas por convenio. No pongo en duda de que tengan que tener unas buenas condiciones. Pero también hay que exigirles.

No puede ser que haya cosas evidentes -no hablo de milímetros- que no las vean, ni la principal ni las asistentes. El VAR no lo arregla todo, aunque sí hace el fútbol más justo y está claro que las árbitras tienen que tener las mejores herramientas. ¿Funcionaría bien la tecnología con este nivel de arbitraje? Hay mucho más. “Todos somos humanos y cometemos errores”, decía ayer Giráldez. Sí. Pero si queremos una Liga atractiva y competitiva -o una Champions justa en la fase de grupos- hay que pedir más. No queda otra.