Más vale tarde que nunca... pero es tarde

Ronald Koeman dirigió ante el Rayo Vallecano su último partido como entrenador del FC Barcelona

Ronald Koeman dirigió ante el Rayo Vallecano su último partido como entrenador del FC Barcelona / JAVI FERRANDIZ

Gerard López

Gerard López

La sensación que tuve tras la derrota contra el Rayo y la posterior destitución de Ronald Koeman como entrenador del Barcelona es que el club ha actuado con demasiado retraso, pues el último mes y medio ha sido un sinsentido o una crónica de una muerte anunciada. Si al final había el convencimiento general de Koeman estaba sentenciado... ¿por qué se ha alargado esta agonía de Ronald? Se ha actuado con una falta de liderazgo y de previsión que ha llevado al Barça a presentarse ante un cara o cruz en la Champions estando solo a inicios de noviembre.

Si tan clara era la desconfianza hacia Koeman... ¿por qué el club no asumía la realidad y trataba el tema con más naturalidad? Si hasta la destitución debe haber sido una liberación para Koeman, que estaba sufriendo y su mensaje ya no calaba en el vestuario. Recuerdo que hace tres semanas el vicepresidente Rafael Yuste, en la previa del  Wanda y tras perder ante el Benfica, dijo que “nunca nos hemos planteado el despido, que había plena confianza en él”. Es evidente que no han sido claros, ni ha habido la sinceridad necesaria en todo este proceso que arranca el pasado verano, cuando Laporta ya dudaba de Koeman. Hubiera sido más fácil reconocer, desde un inicio, que Koeman no era su entrenador, que había un problema económico  en el despido (esto lo pondría en interrogantes porque parece que para firmar a jugadores parece que sí tiene dinero) y que había que encontrar una solución. 

Cuando escuché a Yuste me preguntaba: ¿qué nos estamos perdiendo? ¿Nos cuentan toda la verdad o quieren desviar la atención? Después de ese partido, el balance del equipo es triste: dos victorias (Dinamo y Valencia) y tres derrotas  (Atlético, Real Madrid y Rayo) precisamente en Madrid, donde Laporta colgó una significativa pancarta durante la campaña. El Barça aprovecha ahora el parón de las selecciones para el cambio de técnico, algo que podía haber ocurrido perfectamente en el anterior parón. Y así no hubiera perdido un mes.

Y que conste que no toda la culpa es de Koeman. Era la única decisión que podían tomar, pero no creo que Ronald sea el único culpable. Ha tenido problemas extradeportivos por la convulsión del club en el último año y medio. Y nos quedamos con lo positivo como el título de Copa del Rey, por abrir la puerta a una generación de jugadores jóvenes y por ser un buen portavoz del club entre la dimisión de Bartomeu y las elecciones. Hay que agradecérselo, pero ahora no había otra opción que destituirlo, que Sergi fuese interino y que la apuesta fuese definitiva por Xavi y pueda producirse pronto.