Opinión

El último servicio de Messi al Barça

Leo Messi y Joan Laporta, en otros tiempos

Leo Messi y Joan Laporta, en otros tiempos / SPORT

El proceso del no fichaje de Messi ha sido una lucha constante del Barça para evitar ser el malo de la película. Habrá quien sospeche que el futbolista ha actuado de la misma manera, pero los hechos desmienten esta hipótesis porque sus únicas palabras las ha pronunciado una vez tomada la decisión definitiva y durante todo el culebrón ha guardado silencio para no alimentar las falsas expectativas que sí se han generado desde el Camp Nou.

Solo Jorge Messi cometió el error de aceptar el envite planteado desde el club blaugrana cuando, tras verse con Joan Laporta, afirmó que su hijo quería volver al Barça y que, además, era posible. Unas palabras que, de haber llegado semanas antes, habrían servido para presionar a quienes debían hacer posible la operación. Cuando las pronunció, en cambio, ya estaba todo el pescado vendido porque Miami había ganado la partida asegurándose el “sí” del argentino, que así lo confirmó a SPORT en París vaciando de contenido las declaraciones de su padre. Ese fue el único desliz cometido por parte, no del jugador, sino de quien gestiona su carrera.   

Una gestión del caso opuesta a la llevada a cabo por el Barça, que ha especulado hasta el infinito con la posibilidad de corregir la pifia histórica que supuso dejar en la estacada a su mayor leyenda a principios del mes de agosto de 2021 cuando el acuerdo estaba solo pendiente de firma. Seguramente, la frase más inteligente la pronunció en su día Jordi Cruyff: “Los sueños son gratis; los futbolistas, no”. Su autor, por cierto, no seguirá exhibiendo su imprescindible cordura a partir del 1 de julio.

Messi, durante la entrevista

Messi, durante la entrevista / SPORT

Tras lo ocurrido en 2021, lo único, absolutamente lo único, que el Barça no podía pedirle a Messi era tiempo. ¿Tiempo para qué? ¿Para seguir alimentando falsas esperanzas? ¿Para encontrarle una salida a Ansu Fati y cargarle el muerto a Leo? ¿Para pedir una nueva rebaja salarial con la que encajar la ficha del argentino? Demasiadas incógnitas, demasiadas condiciones previas a un regreso que, visto lo visto, nunca fue una posibilidad real. El club esperó en 2021 hasta el último segundo para darse cuenta de que no podía retenerle y ahora estaba de nuevo dispuesto a apurar sus opciones de volver a ficharle. Leo Messi, en una demostración de coherencia, sentido común y sensatez, ha optado por no ser cómplice de los malabarismos financieros y la huida hacia adelante que impera en los despachos del Camp Nou. En el fondo, poner fin a esta agonía ha sido el último servicio del ‘10’ al club de su vida.