La trágica herencia de Bartomeu

Josep Maria Bartomeu, expresidente del FC Barcelona

Josep Maria Bartomeu, expresidente del FC Barcelona / FC Barcelona

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Bartomeu dejó el Barça al borde de la quiebra. La nefasta gestión del anterior presidente (de la que fueron partícipes y cómplices los miembros de su junta directiva y algún que otro alto ejecutivo) ha provocado que el club se encuentre, en estos momentos, en una triple crisis deportiva, económica e institucional de magnitudes extremas. En una brillante comparecencia, el CEO Ferran Reverter explicó, de forma pormenorizada, la pésima administración que llevó a cabo Bartomeu. El descontrol, la improvisación, el despilfarro y la inconsciencia protagonizaron un mandato repleto de irregularidades que pasará a la historia de la entidad por sus efectos nocivos. Y aún falta por conocer las conclusiones del ‘forensic’ para determinar si hubo o no actuaciones delictivas y susceptibles de acabar en los juzgados.

Pero más allá de todas las cifras que delatan la trágica herencia (una deuda de 1.350 millones de euros y un déficit de 481 millones) sobresale una manera de actuar absolutamente frívola que ha puesto en peligro la viabilidad de la entidad. Porque más grave que la ineficacia es la irresponsabilidad. La triste sensación de que Bartomeu y sus directivos jugaban con el patrimonio del Barça sin importarles las consecuencias. Esto es terrible porque, además, se hizo de manera sostenida en el tiempo, durante cuatro temporadas en las que su catastrófica gestión arruinó (y el efecto de la pandemia no es excusa) al mejor club del mundo.

Afortunadamente, Laporta tiene un plan. Con el impagable asesoramiento de Ferran Reverter (el mejor fichaje que ha hecho hasta ahora el presidente), el Barça puede recuperar su hegemonía en poco tiempo. De hecho, el CEOblaugrana especificó que la situación puede normalizarse en cuatro o cinco años (de ahí la necesidad de suspender temporalmente el artículo 67 de los estatutos, que obliga a cesar a la junta directiva si hay dos temporadas seguidas de pérdidas) y que incluso el próximo verano puede ficharse a un crack.

Porque la hoja de ruta está muy clara: apuesta por La Masia, el estilo y el alto rendimiento (talento más preparación física), un nuevo Camp Nou que genere muchos más ingresos y la búsqueda de nuevos recursos que hagan del Barça no solo un club sostenible sino que también gane dinero que después pueda reinvertirse en mejores futbolistas. La nueva versión del ‘círculo virtuoso’.