De Thiago a Rafinha: algo está cambiando

Rafinha ya entrena con el Inter

Rafinha ya entrena con el Inter / sport

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Dos de las grandes perlas de la cantera del Barça, los hermanos Alcántara, han acabado saliendo del club, pero en circunstancias muy diferentes que apuntan a que algo está mejorando en la gestión deportiva. Lo de Thiago fue de juzgado de guardia, un jugador que llevaba una clara línea ascendente en el primer equipo se marchó por una cantidad ridícula tras un inadmisible despiste de una dirección deportiva que no advirtió que solo con hacerle jugar unos partidos más su cláusula de rescisión pasaba de 18 a 90 millones. Los 25 millones que el Bayern pagó en su momento fueron un insulto para los barcelonistas. Es tan grave el error, que incluso podría pensarse que no fue tan involuntario como parece... Rafinha, en cambio, se va bien traspasado. Es una pena que su proyección se haya visto menguada por las lesiones, pero llegado el momento de tomar una decisión, se ha hecho con diálogo y sentido común. Y se le sacará una gran rentabilidad económica: 10 millones más que su hermano.

la gestión correcta

El primer objetivo de la cantera es abastecer de jugadores con talento al primer equipo, pero, a la vez existe el peligro de que si estos jugadores no confirman el salto de calidad deseado, se conviertan en un tapón para las siguientes generaciones. Hay que encontrar el sistema para rotar con eficacia a los canteranos. Tras un tiempo prudencial de adaptación: si funcionan, perfecto. Y si no, hay que traspasarlos para que dejen paso a otros. Rafinha a Aleñá, por ejemplo. Un suplente de relleno no puede eternizarse en la plantilla, pero tampoco hay que regalarlo, como desgraciadamente se ha hecho en demasiadas ocasiones. No hace falta recordar a Nolito y Sandro como casos más sangrantes. Un canterano del Barça que ha llegado al primer equipo tiene, casi que por definición, un buen mercado exterior. Solo hay que saberlo gestionar. Con Rafinha, si finalmente el Inter paga esos 35/38 millones, se ha hecho bien. Si esta es la nueva política, ¡felicidades!