Opinión

Soñaremos con la espalda manchada de ‘Nadalcaraz’

Rafa Nadal y Carlos Alcaraz durante su partidos de octavos de final en los Juegos Olímpicos.

Rafa Nadal y Carlos Alcaraz durante su partidos de octavos de final en los Juegos Olímpicos. / JUANJO MARTIN

El doble de Rafa Nadal y Carlos Alcaraz, empezó como un sueño de esos que se hacen realidad. Los hándicaps físicos, los esfuerzos en el cuadro individual, el no ser pareja habitual en los dobles hacían pensar que quizás se trataba de un gusto que nos queríamos dar todos de ver, pero se está convirtiendo en lo mejor de los primeros días de los juegos. Sin quitar un ápice de protagonismo al bronce de Garrigós o al despliegue físico y las piruetas imposibles de Simon Biles, ver a Rafa Nadal motivar a Carlos Alcaraz como si fuera el primer partido que juega o al murciano decir “Vamos”, unas 200 veces en todo el partido, como si con el ‘Vamos, Rafa’, el tenis se volviera más fácil, no tiene precio. Ayer Rafa y Carlos superaron en el ‘super tie break’ a los neerlandeses y hoy mismo disputarán los cuartos de final, con doblete de Alcaraz incluido, que disputará antes su partido del cuadro individual. Se están acercando a las opciones de medalla, pero lo que seguro que nos llevaremos todos colgados en el cuello es la pasión y la entrega que están poniendo la leyenda de Manacor y el luchador del Palmar en cada uno de los puntos que están disputando. 

Ojalá les podamos ver optando por el oro en la final y con las espaldas manchadas de la tierra batida de París avanzar hacia la red para felicitar a sus rivales tras tumbarse en el suelo en el último punto. 

Aún falta para eso, pero seguro que hoy volverán a empuñar la raqueta y a motivarse el uno al otro, supliendo la falta de táctica en el doble y ajustando las posiciones y conversando sobre la marcha. Son momentos que quedarán para la historia y para el disfrute de los aficionados al tenis y para todos los españoles.