Opinión

Siete minutos de locura culé

Barcelona - Celta

Barcelona - Celta

El Barça ganó un partido que durante los últimos años acostumbraba a perder. El equipo de Xavi jugó mal en defensa y mal en ataque y así parecía imposible poder llevarse los tres puntos. Por su parte, el Celta se presentó en Montjuic con las ideas claras y con un futbolista de 36 años que él solito creaba más peligro que todos los delanteros del Barça juntos.

A todo eso, el ritmo de juego del Barça era lento y muy distinto al de los dos últimos encuentros ganados por goleada. Sin embargo, cuando más hundidos estaban y con un cero a dos en contra, los de Xavi demostraron que en actitud y coraje no les gana nadie. En siete minutos dieron la vuelta a un partido que no merecían ganar. Una remontada descomunal donde todo lo negativo de los primeros 80 minutos se transformó en una fuerza, actitud y energía positiva que sumada a la reacción del público transformó todo lo negativo en efectivo. Los últimos minutos fueron una locura. Y ganar así, sufriendo, a base de garra y de competir hasta el último segundo, también es de equipo campeón.

Xavi arriesgó con los cambios en la segunda parte y continuó sin acertar, pero demostró ser un entrenador valiente y eso es lo que necesita ahora este equipo. Si Xavi arriesga, los futbolistas se vuelven más osados. Así ocurrió. De repente, Lewandoski demostró que no había perdido el olfato goleador, Cancelo pasó de ser un futbolista vulgar a un jugador decisivo, Gavi evidenció que es muy difícil prescindir de él y Araujo aportó ese plus tan necesario en los momentos cruciales.

Pues eso, que mientras algunos ya bajaban por las escaleras automáticas de la montaña de Montjuic se produjo uno de esos milagros que hacen grande al fútbol y harán más grande a este Barça. Dicho eso, y tras la celebración obligada por la gesta conseguida, seguro que Xavi tomará nota de los errores cometidos. Ganar así es fantástico, pero no siempre hay milagros que duren siete minutos.

TEMAS