Opinión

¿Será posible el ‘gegenpressing’ en el Barça?

Flick, durante el clásico en Nueva Jersey

Flick, durante el clásico en Nueva Jersey / Valentí Enrich

Una de las claves del ideario de Hansi Flick es la presión. Lo ha dejado claro en todas las comparecencias públicas que ha hecho desde que llegó a Barcelona. En Alemania se popularizó el concepto ‘gegenpressing’ para explicar el estilo de Flick, Rangnick o Klopp. El exentrenador del Liverpool lo resumió así: “Te permite recuperar el balón más cerca de la portería. Estás a solo un pase de una muy buena oportunidad. Ningún creador de juego en el mundo puede ser tan bueno como una buena situación de gegenpressing”. 

Cuando Flick se hizo cargo del Bayern -y llegaron los buenos resultados- en Alemania se bromeó con la etiqueta del ‘Flicki-flaka’ en contraposición al ‘tiki taka’. Fue su manera de subrayar que incluso había radicalizado el ‘gegenpressing’ de sus compatriotas. 

La gran duda es si podrá aplicarla en el Barça con la actual plantilla. Flick ha preparado una pretemporada marcada por la preparación física. Tiene todo el sentido: en la parte que puede controlar, ha exigido el máximo y los propios jugadores han destacado la intensidad de los entrenamientos. Los resultados -esa idea de presión y verticalización del juego- se han podido ver en todos los amistosos con excepción del encuentro ante el Mónaco. Ha ocurrido ante equipos que se encontraban en una situación similar al Barça: con los jugadores más importantes cortos de preparación o sin estar disponibles. Pero en el Gamper, ante un equipo que pareció listo para competir, y que planteó un partido coherente y con las ideas claras, el Barça dejó sensaciones parecida a la temporada pasada. Presión insuficiente de los delanteros y un desorden estructural en el repliegue. 

Flick fue la apuesta del club, en parte, porque estaba dispuesto a trabajar con futbolistas que estaban en la lista de transferibles de Xavi. Entre ellos, un Lewandowski (35 años), que está en un momento de su carrera donde no parece que pueda presionar a la defensa rival con continuidad. Tampoco Gündogan (33 años) destaca en este apartado, aunque sea un futbolista que como mediapunta se convierta en uno de los grandes facilitadores ofensivos del equipo. 

Ambos siguen estando entre los jugadores que más te acercan al gol de la plantilla del Barcelona, pero también entre los que dificultan más ejecutar una presión agresiva durante todo el partido como la que quiere Flick. Irónicamente, los dos jugadores que todo el mundo ha colocado automáticamente más cercanos al técnico alemán, pueden convertirse en dos de los casos más complejos de gestionar de la temporada para él.  

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