Hasta que Satoransky dijo basta

Unicaja - Barça

Unicaja - Barça

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

UN BARÇA MUY SÓLIDO

No es fácil aguantar el tipo en una pista como la malagueña. El Unicaja sabía que tendría sus opciones si jugaba al límite. El inicio de partido fue de nervios y errores. Más tarde, un poco más sueltos los dos equipos, vimos un intercambio de canastas donde el Barça estuvo poco físico en defensa. Se aprovechó de ello un Kravish muy acertado, pero al que dio réplica Mirotic. La defensa local, durante todo el encuentro, buscó los cambios cuando el Barça jugó los 2x2.

Ya en el segundo periodo, los blaugranas supieron aprovechar esta situación para anotar cerca de canasta. Pero los de Saras se dejaban capturar muchos rebotes en su aro, y además apareció Perry, que corrió con facilidad el contraataque aprovechando los balones perdidos de los culés. A la fiesta se apuntó Kalinoski, muy certero desde el exterior. El Barça tuvo la virtud de no ceder nunca y reaparecer, aunque la situación estuviera complicada.

No obstante, al descanso se llegó con una cierta sensación de inseguridad, ya que el ritmo era malagueño y el Barça no acababa de llevar nunca la iniciativa. En los dos primeros periodos, tampoco apareció ningún jugador blaugrana que se erigiera como referente en un duelo tan importante.

MOMENTO CLAVE

Por suerte fue blaugrana. Con 44-45 el partido se revolucionó. El Unicaja capturó en 2’ cuatro rebotes ofensivos. Laprovittola, que estaba jugando bien, cometió su cuarta falta y se fue al banquillo. Los malagueños se situaron en un 49-45 preocupante, con el Martín Carpena enloquecido. Saras pide tiempo, y el escenario dio un vuelco radical. Una varita mágica iluminó a Satoransky que anotó, de manera consecutiva, dos triples, una canasta de dos, y repartió 2 asistencias.

En una abrir y cerrar de ojos, el marcador mostró un 51-57 esperanzador, pero, además, el Barça empezó a sonreír y dominar el partido. Estos minutos espectaculares del base checo estuvieron bien secundados por un Kalinic que se infló a jugar de espaldas al aro para anotar, o doblar a Sato. Una pareja que marcó las diferencias. Fue un golpe muy duro para los locales. Empezaron a bajar sus porcentajes, en especial los de un ansioso Perry, y los intentos de reacción del Unicaja siempre tuvieron una respuesta blaugrana.

Al final, el Barça ganó con claridad. Pese a que, excepto en el tramo final, no cerrara su rebote defensivo o perdiera muchas posesiones. No obstante, un equipo capaz de anotar 90 puntos en Málaga, en un partido de esta magnitud, con 6 jugadores anotando 10 o más puntos, y que completa un 23 de 25 en tiros libres, demuestra que cuando quiere, puede.

SATORANSKY EMERGIO EN EL MOMENTO PRECISO

Un partido espectacular del base checo. Apareció cuando el Unicaja parecía que iba a poner la directa hacia la victoria. Unos minutos geniales de Satoransky hicieron enmudecer al Carpena y dinamitaron las esperanzas de los malagueños.

LA RELAJACIÓN NO DEBE APARECER

Nos situamos ya en el cuarto partido. El Barça debe jugar para cerrar la serie. Los de Saras no deben ceder a la relajación, ya que presentarse en el Palau con toda la presión encima puede ser de infarto.