Una ruina llamada Samuel Umtiti

Umtiti, ante el Cornellá

Umtiti, ante el Cornellá / FCB

Ferran Correas

Ferran Correas

Aunque Samuel Umtiti dijo el pasado verano estar al cien por cien porque así lo decían unas pruebas que él mismo se había hecho y que el presidente del Barça, Joan Laporta, apostó por su continuidad después de una conversación emotiva entre ambos, lo cierto es que el francés es el único jugador de la primera plantilla que no ha disputado ni un minuto en lo que llevamos de temporada. Ni con Ronald Koeman, ni mientras Sergi Barjuan ha hecho labores de técnico interino. Piqué, Eric Garcia, Araujo, Lenglet y Mingueza, ahora desplazado al lateral derecho, están por delante suyo en la posición de central.

Con la llegada de Xavi Hernández al banquillo del Barça, todos los jugadores parten de cero, como el técnico de Terrassa dijo el día de su presentación, pero parece imposible que Umtiti pueda recuperar el tiempo perdido y recuperar protagonismo en el equipo. Con la posición muy bien cubierta, lo lógico sería que el francés saliese en el mercado de invierno, pero lo ven muy complicado en el club porque el jugador ya no quiso salir ni en verano ni las veces anteriores que tuvo la puerta abierta. Si se queda, será un problema para reforzar el equipo por el fairplay financiero que ahoga al Barça. Porque entre otras cosas, hace meses que se apuntó que Umtiti aceptaría una rebaja de su millonario sueldo, pero no ha habido más noticias.

No ha hecho ningún gesto hacia el club. Ni él, ni su agente. El francés se ha convertido en una de las ruinas heredadas de la anterior junta directiva que presidía Josep Maria Bartomeu. Llegó al Barça en el 2016 y sus dos primeras temporadas como blaugrana fueron muy buenas. La segunda de ellas la acabó con problemas de rodilla. Sin poder jugar los últimos partidos. Y ahí empezó el calvario para él y para el club. Había recibido una oferta importante de Inglaterra con la que presionó al club para conseguir un largo y suculento contrato. Los médicos del club le recomendaron que no fuese al Mundial, pero no hizo caso. También recomendaron al presidente Bartomeu que traspasase al jugador porque los problemas de rodilla eran graves y podían persistir en el tiempo.

Tampoco les hizo caso el presidente y aceptó una renovación hasta el 30 de junio del 2023 con un sueldo de más de nueve millones de euros netos por temporada. Una salvajada. Con el contrato bajo el brazo, el jugador se proclamó campeón del mundo con Francia, regresó lesionado y no se quiso operar. Y hasta hoy. 49 partidos en tres temporadas y lo que llevamos de la actual con la camiseta del Barça. Muchos de ellos saliendo al campo en los últimos minutos. Y una valoración de mercado por debajo de los cinco millones de euros. Una ruina