Opinión

Rubiales, una mala copia de Torrente

El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, ofrece una rueda de prensa en la Asamblea General Extraordinaria, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, a 25 de agosto de 2023, en Madrid (España).

El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, ofrece una rueda de prensa en la Asamblea General Extraordinaria, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, a 25 de agosto de 2023, en Madrid (España).

Rubiales está muerto. El mismo se suicidó en la truculenta Asamblea del viernes. Subió al atril como quien sube al patíbulo, dispuesto a proclamar sus últimas voluntades. Fue un esperpento, un drama y una comedia a la vez. Demostró que todavía quedan Torrentes habitando entre nosotros. No fue el brazo tonto de la ley, fue la voz manipuladora de la mentira. Una parodia disparatada de lo que debería ser el presidente de la Federación Española de Futbol. Un retrato sin complejos de su personalidad machista. Y lo más lamentable, es que todavía tuvo un coro de palmeros asalariados que aplaudieron al Torrente del fútbol sin vergüenza ni pudor.

Todos los calificativos le cuadran al siniestro personaje que se ha creído por encima de la ley. Cutre, casposo, rancio, facha, miserable, mafioso, mentiroso. Triste y lamentable que este escándalo haya eclipsado el gran éxito de nuestras campeonas mundiales. Es tan ignorante que no parece consciente del daño que ha hecho al futbol español. Hasta el Mundial parecía tener bula gubernamental a pesar de los tejemanejes económicos que le han llevado a los Juzgados, a partir del famoso beso ha caído en desgracia como si fuera un apestado y el CSD, aunque tarde, ha tomado medidas.

Algún día no muy lejano se hará una serie documental sobre su trayectoria polémica con gastos en viajes de placer incluidos, comisiones cobradas, favoritismos y manipulaciones llevadas a cabo bajo la presidencia de Rubiales. Nos llevaremos las manos a la cabeza como un personaje así pudo ser cinco años presidente. El problema es que no ha aprendido nada en todo este tiempo. Porque si grave fue su beso no consentido retransmitido a todo el mundo, peor fue su último discurso en el que escribió su epitafio. Un suicidio con luz y taquígrafos que ha conseguido unir a todo el fútbol contra la figura de un presidente dictador que solo es una mala copia de Torrente. Quiere morir matando, no se da cuenta que se ha cavado su propia tumba.

Rubiales en una semana se ha convertido en un enemigo público. En el tipo más odiado del país, el que abre los telediarios. Esto no es un asesinato social como decía el propio protagonista, es simplemente la reacción de la sociedad ante el comportamiento indeseable de un personaje público. Tenemos ganas de que desaparezca del plano deportivo. Se ha ganado la inhabilitación, el castigo y el olvido. Bravo por la FIFA que a través de su Comisión Disciplinaria ha tomado la iniciativa de suspenderle durante 90 días de toda actividad relacionada con el futbol. Es el principio del fin.