RL9, el caso del que nadie se atreve a hablar

Lewandowski, en el momento del cambio

Lewandowski, en el momento del cambio / Javi Ferrándiz

David Bernabeu

David Bernabeu

Si un entrenador, el que sea, tiene a Robert Lewandowski en el campo y lo sustituye a veinte de un final por resolver, hay caso. Aquí y en Lima. No porque el delantero no acate la decisión de Xavi, que la acató con profesionalidad en Gran Canaria; sino porque viene a confirmar las dudas que me asisten, casi desde después del mundial, sobre el estado del polaco y sus causas.

Tras esos primeros meses de ensueño, cuando firmó casi el doble de goles a estas alturas, ya nunca ha vuelto a ser el mismo. Por más que la clave en Las Palmas fuera atacar los espacios, a un Lewy en estado puro no lo quitas. No, salvo que la sensación sea de que no te lo arregla. Esa noche deambuló 70 minutos. Tocó 9 balones y no tiró a puerta. En 10 minutos, Vitor Roque, además de marrar un gol cantado, tuvo cinco participaciones y remató dos veces. Un contraste demoledor para quién, con sus 33 goles y 7 asistencias, sostuvo al equipo en el último ejercicio.

No parece nada arriesgado decir que sin esos números, el club no podrá lograr objetivos. Robert no sólo ha perdido gol. También finura en los controles, agilidad en los giros, fiabilidad en las protecciones, velocidad de reacción en los remates y claridad en la lectura de las acciones que, en varias ocasiones, ha acabado empeorando. Poco queda, ahora mismo, del ariete que nos deslumbró a su llegada. Tiene 36 años y un contrato hasta el 2026 con sueldo ascendente. ¿Mal momento o declive? Le queda aún media temporada para aclararlo. Si sale cruz, mal. Marrón para el Barça. 

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