PALABRA DE DIRECTOR

Un rival temible llamado Celtic Park

El Celtic Park intimida más a los rivales que el propio equipo escocés

Ernest Folch

Hay estadios de fútbol que tienen tanta fuerza que son capaces de ganar partidos por si solos. Es lo que sucede con el imponente Celtic Park que hoy visita el Barça, uno de esos escasos campos que intimidan más que el club que los posee. Quizás por ello no hay dos equipos más antagónicos que el Celtic desprotegido que juega fuera de casa y el Celtic que lo hace arropado en su guarida sagrada. Nada hay pues más peligroso que subestimar el juego aparentemente primitivo del equipo escocés sin tener en cuenta el campo que lo protege y a menudo lo salva.

Se dice con razón que hay equipos que son capaces de ganar con el escudo: pues bien, el Celtic es uno de esos raros equipos que consigue ganar con su estadio. Poca broma, pues, con la mística de Celtic Park, el gran rival contra el que se enfrentará el Barça. La derrota en el campo del City ha convertido un partido casi turístico en un asunto trascendental, porque está en juego la primera plaza del grupo. Desde hace unos días corre una peregrina teoría según la cual este año puede ser más rentable quedar segundo de grupo que primero,  puesto que algunos segundos clasificados son a priori más fuertes que los primeros. Pero no hay espíritu más nocivo que querer sacar ventaja de empatar o ser segundo.

En el fútbol hay un componente psicológico, que acaba siendo tan importante como los propios números: por eso nada mejor que vencer y sentirse vencedor y por eso el Barça no puede salir en Glasgow a especular. No hay nada más antiazulgrana que jugar con un resultado o una clasificación, y la historia nos enseña que el equipo que lo intenta acaba siendo castigado. Tampoco puede olvidarse que el Barça viene en la Liga de un tropiezo inesperado y en la Champions de una derrota ante el City, y que es ahora cuando debe despejar cualquier duda alrededor de su estado actual de forma.

Tampoco hay margen para plantear el choque de este miércoles como una simple previa de Anoeta y del clásico: por eso es más que probable que veamos un semi once de gala (menos Iniesta Umtiti). Ya no es momento de dosificar sino de jugar con todo. Este equipo ha demostrado muchas veces que después de un resbalón se levanta enseguida. Nada mejor para ahuyentar fantasmas que una victoria de prestigio en uno de los campos más míticos de Europa.