El revelador silencio de Griezmann

Griezmann no fue titular ante Irlanda

Griezmann no fue titular ante Irlanda / EFE

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

El que será uno de los grandes fichajes del verano, no por dinero, que habrá más de uno, de dos y de tres que superarán los cien millones, pero sí por trascendencia, ha entrado en una fase de misterio estratégico a la espera de que el 1 de julio la cláusula baje de 200 millones a 100 y, por lo tanto, ya se pueda ejecutar. Me refiero a Griezmann y el Barça, claro, una operación que el Atlético está intentando evitar desde todos los frentes posibles. Encallado el económico, pues el jugador no ha respondido a ninguna de las multimillonarias ofertas de renovación que le han puesto sobre la mesa, ahora estamos en plena batalla emocional. Presiones de sus compañeros, supuestas presiones familiares... aquí todo el mundo explica historias y el único que no habla es Antoine.

SIGNIFICATIVO. Puede que Griezmann dude, pero si ya tuviese decidido que sigue en el Atlético, ya se habrían precipitado los acontecimientos. Si fuera por dinero, el jugador ya habría renovado. Si fuese por la presión emocional, no tiene ningún sentido alargar esa supuesta agonía. Lo fácil, y agradecido dadas las circunstancias, es dirigirse a la afición, prometer que se queda y convertirse en ídolo eterno. Lo difícil es decir lo contrario, por eso calla. Insisto, si quisiera quedarse ya lo habría anunciado, se aseguraría un contrato más que millonario en el Atlético y podría pasearse tranquilamente por la Castellana. Todos estos traspasos vinculados a una cláusula y con graves efectos colaterales por lo que suponen de traición a un club y a una afición, pasan por el mismo proceso: rumor, indignación, presión y desenlace. Y sobre todo, silencio del protagonista. Recuerden el silencio de Neymar el año pasado. Mientras Ney no abrió la boca en ningún momento, el “se queda” de Piqué se hizo famoso. Era presión, pero el que tenía que hablar, callaba. Es significativo que Griezmann también calle, quiere decir que lo que de momento piensa no gustaría a los suyos. Para el Barça, mejor que no hable.