la pizarra

Retar a Messi siempre es mal negocio

Rakitic, con Messi y Neymar

Rakitic, con Messi y Neymar / sport

PICHI ALONSO

El Barça siempre se ha caracterizado por un juego de ataque letal, brillante y único en el mundo. Ayer, en el Emirates, el equipo de Luis Enrique golpeó a la contra. Justo cuando el equipo daba síntomas de partirse y ceder algo de iniciativa al Arsenal, una contra con el tridente al frente sirvió para romper el marcador, el partido y, muy probablemente, la eliminatoria.

Hasta ese momento, salvo lances contados, el Barça dio la imagen de control, de no querer asumir riesgos e incluso apostó por circulaciones lentas con escasas opciones de desequilibrio individual. Solo Iniesta, con tres o cuatro pases mágicos logró habilitar alguna situación de peligro. Y hubo algo más, ya que Iniesta con esa versión más guerrera y agresiva en lances puntuales robó el balón que acabó con la contra del 0-1.

MESSI ENCONTRÓ A CECH. Durante los días previos a la eliminatoria, el Arsenal se consoló recordando que Messi aún no sabía lo que es marcar teniendo al veterano Cech delante. Pésima reflexión cuando se hace alusión directa al mejor jugador del mundo . Ayer no solo vio portería sino que se atrevió con un doblete sublime. Por cierto, atención al rostro de Leo celebrando su pena máxima. Mirada de felicidad, sacudiéndose un peso de encima tras su mala racha desde el punto fatídico.

Otro dato curioso. El análisis del partido de Alves invita a la reflexión. El brasileño firmó una primera parte de lo más discreta, con multitud de pérdidas e imprecisiones. En contrapartida, su actuación en la segunda mitad fue espectacular. Rompió una y otra vez y fue pieza clave en el desequilibrio ofensivo. Además, anuló por completo a Alexis Sánchez.

Al final, una vez disputada la ida, el Barça tiene más que encarrilada la eliminatoria. Falta por disputar el choque de vuelta, pero la superioridad mostrada en el Emirates invita al optimismo y a sacudirse de encima presiones innecesarias.