Opinión

Cuando el relato encuentra la realidad

Joan Laporta, en la entrevista concedida a RAC1

Joan Laporta, en la entrevista concedida a RAC1 / RAC1/Xavier Cervera

Nos ha tocado vivir en la época del relato. Compramos relatos por encima de cualquier cosa y estos ya no son el envoltorio de los proyectos sino que forman parte estructural de los mismos. Y está muy bien dejarse ilusionar por un relato, seguramente ayuda a animar a la gente con los proyectos y a empujar juntos hacia su realización.

Ahora bien, lo que tienen los relatos es que se sostienen mientras los hechos no los contradigan y son creíbles mientras mantengan la coherencia con los valores de las personas y organizaciones que los pregonan. Y los hechos, en el Barça, hace tiempo que transmiten una realidad preocupante.

En un entorno de deporte profesional, y por tanto de negocio, donde la competencia se juega a escala global (y siendo muy conscientes de la situación complicada del club y del poder de sus rivales), ¿qué club se puede permitir el lujo de que dos iconos mundiales, leyendas y activos del Barça como Messi o Alexia puedan acabar marchando a regañadientes para sentirse despreciadas? ¿Qué club puede permitirse prescindir de los profesionales de su estructura que han ayudado a llevarlo a la excelencia en muchos campos y ni siquiera, en demasiados casos, sustituirlos por perfiles acreditados? ¿Qué club puede permitirse ir vendiendo patrimonio y no ajustar gastos para revertir momentos económicamente delicadísimos? ¿Qué club puede estar reconstruyendo un estadio icónico y no verificar el cumplimiento de los derechos laborales básicos de los trabajadores que participan en las obras? ¿Qué club puede tener el mejor equipo femenino del mundo y, en pleno siglo XXI, no apoyar públicamente la reivindicación contra la discriminación que sufren sus propias jugadoras en la selección, guardando silencio en los momentos en que tenía que liderar, aquí sí, el relato?

Escribo estas líneas en la Semana de las Mujeres y por el día en el que Inspección del trabajo sanciona al Barça para incumplir medidas de igualdad laboral por no tener un plan de igualdad. Desde una perspectiva empresarial pura, nos hace falta también que las empresas y organizaciones referentes lo sean a todos niveles.

Hace tiempo que muchos culés hemos sustituido la ilusión por la preocupación y observamos una alarmante desmovilización hacia el Barça, que siempre ha sido ‘Més que un club’ y que hace falta que siga siéndolo.

Es la hora de los hechos, una realidad que ya no tiene contradicción posible.