Todos quiere venir al Barça y nadie se quiere ir

Ansu Fati celebra el segundo gol ante el Mallorca

Ansu Fati celebra el segundo gol ante el Mallorca / Valentí Enrich

L. Miguelsanz

L. Miguelsanz

Todo el que pasa por el área deportiva del Barça se sorprende del magnetismo que despierta el club en cualquier jugador del mundo. El Barça es algo más que un club dentro del fútbol internacional y, a pesar de crisis deportivas, institucionales o económicas, la marca tira muchísimo más a la hora de elegir destino. El Barça juega esa baza en el mercado y es capaz de atraer a lo mejor aún presentando ofertas a la baja.

Todos desean venir al Barça, se ofrecen y rebajan sus pretensiones. Y hasta se enfrentan a sus clubs si es necesario. Lewandowski fue un claro ejemplo de ese gancho que despierta la camiseta blaugrana y que éste verano también debe jugar un papel clave para reforzar un equipo que necesita de primerísimas espadas para poder competir en Europa.

En eso anda enfrascada el área deportiva desde hace meses y, si no hubiera sido por el maldito límite salarial, el proyecto del próximo curso estaría totalmente encarrilado. Pero esa atracción que vive el futbolista jugando en el Barça también hace mella en las bajas. Porque los que entran nunca quieren salir.

Salir del club blaugrana es complicadísimo porque fuera hace mucho frío desapareciendo de un foco mediático que suele ayudar y mucho a la carrera de los profesionales. Los ejecutivos blaugrana ahora deben lidiar con la dificultad que supone encajar los fichajes con intentar dar salida a unos transferibles que no van a ayudar en nada para marcharse del Camp Nou.

Llegamos a mediados de junio y el bloqueo en la planificación es manifiesto. Una víctima de ello ha sido Leo Messi, que decidió no esperar a que el club vendiera jugadores para poder firmar.

Y en la cola hay varios futbolistas estratégicos que deben estar pensando lo mismo. El Barça se debe mover rápido y con contundencia porque es una cuestión de supervivencia. Xavi tiene claro que con lo que hay no da para competir en Europa y los jugadores, por mucho que duela, deben comprenderlo. Se vienen semanas decisivas para intentar una necesaria segunda revolución en el equipo blaugrana.