Opinión

Prohibido vender humo de colores, hay que ser realistas y pragmáticos

Hans Flick firma dos temporadas con el Barcelona

Hans Flick firma dos temporadas con el Barcelona

Querer no siempre es poder. Xavi podría hablar con conocimiento de causa del tema. En la vida una cosa son los sueños y otra muy distinta las realidades. Laporta lo ha vivido en sus propias carnes. El Barça ha llegado a un punto donde no puede seguir engeñándose a sí mismo. Hay que ir con la verdad por delante. No puede gastar lo que no tiene de la misma manera que debe aferrarse obligatoriamente a la austeridad. Por desgracia, vive una coyuntura financiera que compromete y limita sus ambiciones deportivas. Si la fortaleza del club la marca la economía, tenemos motivos para estar preocupados. Si el potencial del equipo depende de los fichajes, no podemos ser muy optimistas.

Hacemos esta reflexión cuando el balón está parado y en los dos próximos meses no hay nada en juego. Hay tiempo para remediar problemas, para solucionar conflictos pendientes. Toca ser mas que realistas que nunca, no es momento de vender humo de colores. Venimos de una temporada nefasta. Por el solo hecho de cambiar de entrenador no se pueden esperar milagros.

Hansi Flick, como buen alemán, es un tipo serio que intentará hacerlo lo mejor posible, pero está fuera de lugar exigirle títulos cuando todavía no sabe la plantilla que tendrá. Ponerle la pistola de la responsabilidad en el pecho puede ser contraproducente. Es hora de trabajar en los despachos para confeccionar una plantilla mejor. Con rigor y exigencia. Deco se la juega. Celebramos que la presentación del nuevo entrenador fuera con un perfil bajo, sin entrevistas, evitándole declaraciones de las que mas adelante se pueda arrepentir. Un detalle significativo que demuestra que las cosas comienzan a hacerse mejor.

El Barça está como está y Flick no puede hacer milagros

A día de hoy, ojalá nos equivoquemos, el difícil que la próxima temporada el Barça tenga equipo para ganar la Liga al Madrid de Mbappe o para disputar la Champions al City de Guardiola. Por lo tanto, humildad, sinceridad y sobre todo, buena gestión. Un equipo campeón no se construye en un verano, los socios barcelonistas son conscientes de ello, no quieren que se les engañe con promesas que luego no se cumplen. Entre otras cosas, porque nadie sabe todavía el dinero disponible para fichajes ni tampoco los jugadores que se tendrán que traspasar por necesidades de tesorería. Hay una buena base de la cantera, pero no es suficiente. Además, hasta la segunda vuelta no se podrá volver al Camp Nou con el enfriamiento social que conlleva.

Ante esta realidad comprometida, es necesario afrontar el futuro de cara y sin complejos. Mejor partir de mínimos y sorprender en positivo que situar el listón en una cota inalcanzable. Xavi pagó caro esta presión, hay que evitar que Flick sea víctima de la misma trampa. El Barça está como está y tiene que remontar el vuelo con trabajo, esfuerzo y decisiones pragmáticas. Las grandes promesas se las lleva el viento y las ilusiones infundadas se caen solas.