Pedri ha venido a recordarnos quiénes somos

Pedri

Pedri hace estallar a Roncero / Google

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Pep Segura, que dirigió deportivamente el Barça después de haber dirigido su fútbol base, apostaba por un tipo de jugador en el que el físico contaba tanto como el talento. Lo primero se trabaja, con lo segundo se nace. Su forma de pensar provocó algunos encontronazos con responsables técnicos del club, sobre todo a nivel formativo. Segura ya no está en el Barça y, desde que se fue, corrió un tupido velo y se escondió detrás de él. El ideario de Segura chocaba frontalmente con el libreto que debe interpretarse en el Camp Nou.

Pero no estaba solo. Segura era solo un pensador más de una corriente futbolística ante la que el Barça ha intentado blindarse siempre para no acabar contaminado y que, como vemos, a veces ha sufrido desde dentro. Es esa idea que antepone la altura a la calidad, el músculo al cerebro. Es importante que futbolistas como Xavi, Messi, Iniesta o Jordi Alba tengan relevo en el primer equipo, precisamente, para que el club no olvide de dónde viene y hacia dónde debe ir.

Pedri, en ese sentido, es un regalo inesperado que hay que valorar más allá de su aportación sobre el césped. El canario nos recuerda qué es el Barça y por qué el Barça es lo que es hoy. Un adolescente con aspecto de repartidor de diarios en bicicleta se ha convertido en el mejor socio de Leo Messi, cuya búsqueda de futbolistas que pensaran como él parecía ya una utopía tras el adiós de Xavi. Pedri es todo aquello que el Barça quiere ser y fue. Pedri ha venido para que el Barça vuelva a reconocerse en el espejo, pero, sobre todo, ha venido para que nos demos cuenta de que cualquier otra opción, en el Camp Nou, es antinatural.