Opinión

La nueva dimensión llega al Barça

Rueda de prensa de Xavi Hernández

Rueda de prensa de Xavi Hernández

Cuando Xavi llegó al Barça, una de las primeras decisiones que tomó fue imponer un código de disciplina, una palabra que el técnico rechazó usar, pero que, en definitiva, viene de serie: “Es un tema de orden y normas. Todos los clubes las tienen. Cuando hemos tenido normas, hemos ido bien y, cuando no, hemos ido mal. Las normas se tienen que cumplir. No es disciplina, es orden”, dijo nada más aterrizar en el Camp Nou. La plantilla entendió, asumió y respetó lo que le pedían.

Se sentaron las bases del nuevo proyecto, desde los cimientos, y, en la primera temporada completa con Xavi en el banquillo, se ganó la Supercopa de España y la Liga. Toda una declaración de intenciones. De aquellas normas no se ha vuelto a hablar nunca porque, se entiende, se siguen respetando y, más allá de episodios puntuales y en ocasiones inevitables en un grupo humano como el que forma el vestuario blaugrana, no se conocen, por lo menos públicamente, actos graves de indisciplina. 

Xavi, en un momento del Barça - Almería

Xavi, en un momento del Barça - Almería / Valentí Enrich

Sin embargo, aquello solo supuso recuperar lo que, en condiciones normales, debería estar descontado en un equipo profesional del más alto nivel. Ejercer de maestro de escuela no es una función que tenga que asumir el entrenador del Barça, pero aquella era la situación y tocaba empezar de cero. A partir de ahí, Xavi pudo centrarse, única y exclusivamente, en lo más importante: construir un equipo ganador a través del fútbol. Con ambición y exigencia, pero con recursos limitados. Ni una queja desde el banquillo, sino todo lo contrario, colaboración máxima desde el primer minuto. Pese a que Messi no vino, pese a fichajes que no había pedido y salidas indeseadas.

En cualquier proyecto ganador es imprescindible mantener una máxima inquebrantable: el entrenador es quien manda

Xavi ha demostrado ser un hombre cuya fidelidad al club es incondicional. El escudo por encima de todo. El problema es que, lejos de reconocerle su actitud, hay quien, desde el palco, ha interpretado esa lealtad como un síntoma de debilidad, erosionando su autoridad frente a la plantilla. Más allá de debates sobre el juego, la calidad de los futbolistas y el egoísmo propio de su profesión, en cualquier proyecto ganador es imprescindible mantener una máxima inquebrantable: el entrenador es quien manda. Y mandar significa tomar decisiones incómodas incluso para quien las toma.

Joao Félix fue sustituido al descanso

Joao Félix fue sustituido al descanso / Valentí Enrich

Xavi, antes, durante y después del partido del Almería metió al Barça en una nueva dimensión. Incluso más contundentes que sus palabras en la rueda de prensa posterior fue dejar en el vestuario a Joao Félix durante el descanso. No debe interpretarse el cambio como un mensaje a quien apostó por su fichaje, Joan Laporta, ni tampoco hacia el resto de futbolistas. Lo único que hizo Xavi es ejercer de entrenador y olvidarse de que un día fue futbolista. Y eso sí es otra dimensión.