Neymar debe vestirse de traje

Neymar, con su hijo y unos amigos

Neymar, con su hijo y unos amigos / AFP

César L. Menotti

César L. Menotti

Neymar tiene su estilo de juego. De ninguna manera creo que es un estilo burlón. Simplemente es muy joven. Tiene la alegría y la habilidad característica del talento brasileño. Hizo sus primeras armas en un club emblemático como el Santos. Y puede decirse que debutó en Primera División, y aquello fue la escuela Secundaria. Pero desde hace más de dos años está en la Universidad. Para graduarse en el Barcelona deberá jugar más sencillo. El brasileño en la búsqueda de la eficacia tiene esa habilidad de controlar el balón como pocos. Disfruta de ello y busca ser decisivo. Son sus cartas. Alguna gente puede creer que su juego es provocación. Pero es en realidad arte. 

Pero para graduarse en el mejor equipo del mundo debe definir como futbolista que no solo debe tener la pelota para ganar el partido, sino tener la pelota para que su equipo juegue mejor. Esto significa que cada vez que agarra la pelota no debe sentir la obligación de hacer ‘la gran jugada’, sino a veces hacer lo necesario para que le llegue mejor a un compañero, e incluso definan otros. 

Neymar tiene todas las condiciones para ser el mejor del mundo. Su evolución es más exigente que la de los demás competidores porque juega en el Barcelona. Su juego puede molestar al contrincante, desesperarlo. Hace magia con los pies. Es difícil quitarle el balón cuando él lo tiene. Desborda técnica. Es más fuerte que él. Su juego es su manera de ser. Por eso creo que es puro. Inocente. No veo mala actitud. Hasta es simpático y se le ve muy querido por sus compañeros. Es excepcional. Tiene en los últimos 20 metros una gran capacidad de eficacia, su técnica y su pegada son propias de lo mejor de la historia del fútbol brasileño. Posee cosas de Robinho. Y la capacidad de competir palmo a palmo con los mejores futbolistas del mundo.

Jugar al lado de los futbolistas del Barcelona es una garantía de tenencia de la pelota. Y esta capacidad del equipo se conjuga con que la tenencia de la pelota para Neymar es fundamental. Llegó a un equipo con una convicción clara de la asociación. Y eso facilita mucho su rol en el juego del equipo. Sus compañeros son generosos con él. Entre él, Messi, Suárez e Iniesta, los pilares del Barça no se ve otra cosa que no sea solidaridad. La presencia de Andrés aniquila cualquier vanidad estúpida. Es un ejemplo para sus compañeros y para los rivales. 

Hay que disfrutar a Neymar. Pero él tiene que ser más rápido en el entendimiento de lo que necesita cada jugada. Y no sentirse con la obligación de que cada vez que agarra la pelota tiene que ser jugada de gol. Eso se gana con deseo de superación, con la conducción del entrenador, los compañeros, y con los años. 

Neymar ya está en la etapa del liderazgo. Lo hace en la selección brasileña. Desde los Juegos Olímpicos y con la llegada de Tité al banquillo, en la canarinha juega más de Messi, más de organizador en el juego. 

Es cierto que en el Barça sus obligaciones son distintas. Pero hasta por su salud, y por asumir menos riesgos poniendo en peligro sus piernas, debería en ocasiones jugar más sencillo. 

Le diría a Neymar que debe crecer. Ser menos joven y más hombre. De chico te podés poner un ‘jean’. Hoy ya es tiempo que se vista de traje y corbata. Le quedaría excelente. A lo mejor prescindir de la corbata pero ya no del traje.