Opinión

Lo que necesitan es amor

Xavi, durante el entrenamiento de hoy

Xavi, durante el entrenamiento de hoy / JAVI FERRÁNDIZ

Vivimos sumidos en la bronca, en la discusión y en el ruido. Ya es igual la sección del diario o el telediario que sigas o atiendas, la emisora que escuches, el digital que consideres, que la bulla y la discordia serán seguro la línea de conducción de la noticia. En este marco de quiebra cualquier solución o salida resultarán mucho más complejas ya que alejamos poco a poco, despacio pero sin cesar, el punto de encuentro y el destino de concordia al conflicto que fuere.

El mundo del deporte y el futbol en particular, cada vez más crispado, no escapa a este cáncer social.

Esta semana, Xavi Hernández, en un apunte desmedido que ni mucho menos tenía preparado ni intención alguna de realizar, pero del que ya no puede huir tras un comentario desafortunado, apunta a la prensa o mejor dicho a parte de ella, al calificarla de tóxica.

¿Tenía intención nuestro técnico de entrar en un nuevo foco de ruido? Les aseguro que en absoluto. Xavi, no tenía intención alguna de abrir este debate, pero la rapidez y astucia periodística a la que nos tiene acostumbrados Laura Brugués hace inevitable que se active un volcán inesperado al repreguntar al de Terrassa sobre su expresión, tan sorprendente como desafortunada, tras escucharlo en un flash anterior para otro medio.

Xavi se equivoca, como lo hacemos todos nosotros cada día, pero la diferencia con el míster, es que nosotros no tenemos 5 cámaras y 12 micrófonos persiguiéndonos por la vida día a día, cada día.

Xavi vive bajo una tensión gigantesca, el cometido que tiene encomendado, para cualquier otro profesional del futbol sería un trabajo más o menos ilusionante, un reto, un estímulo, para Xavi no. Para Xavi es la misión de una vida, el objetivo de una carrera, el anhelo de un ser humano que desde que nació deportivamente ha mostrado y demostrado un apego a unos colores que van mucho más allá de lo habitual y lo racional.

Xavi ha de aguantar mucho, va con el cargo, y ha de conseguir gustar y ganar, es su obligación, pero a todo ello ha de añadir convivir con campañas roñosas y sospechosas en las que nada tiene que ver la prensa, como la del hashtag #xaviout alimentadas por alimañas de la oscuridad que vomitan bajo seudónimos, que no dan la cara y que, estos sí, solo aparecen para dañar y destruir.

La sociedad en general, pero especialmente la culé, debería unirse en positivo si pretende alcanzar alguna meta. Basta ya de esparcir mierda y de hacer del boñigo un trending topic, de la birria, un debate.

Si queremos optar a algo, empecemos a alentar, a estimular… Incitemos al apego, ¡Instiguemos! Pero hagámoslo a la estima, no al enfrentamiento, al apoyo, no al jaleo.

Som “Més que un Club” ¡Hagamos que se note!