El necesario toque de atención de Gündogan

Gündogan, tras la derrota en el clásico

Gündogan, tras la derrota en el clásico / LaLiga TV

Joan Vehils

Joan Vehils

Cuentan desde Manchester que Ilkay Gündogan era un futbolista que hablaba poco en el vestuario, pero cuando lo hacía se le escuchaba con atención. Algo tiene que tener este futbolista alemán para que fuese el primer fichaje de Pep Guardiola cuando el técnico catalán fichó por en el club inglés. Y no solo eso: cuando Fernandinho y Silva abandonaron el City, sus colegas de vestuario no dudaron en entregarle el brazalete de capitán por una mayoría absoluta.

O sea, que cuando Gündogan dijo tras el clásico que le hubiera gustado ver más enfado y decepción en el vestuario del Barça es que algo preocupante está pasando. Sus palabras incitando a sus colegas han caído bien entre el staff técnico porque ayuda a estos a transmitir el mensaje de compromiso que quiere trasladar Xavi. Por otro lado, si algún futbolista se ha sentido señalado debería a analizar si está actuando con toda la responsabilidad que requiere formar parte del Barça.

Si en la grada no hay nada más decepcionante para un culé que perder contra el Madrid, en el vestuario debe ocurrir lo mismo. Y si alguien no lo entiende así es que se ha equivocado de club. Las lágrimas de Gavi, el cabreo de Araujo o las palabras de Gündogan tendrían que ser el sentir general de toda la plantilla. Hay quien opina que los trapos sucios deben lavarse en casa, pero a veces es necesario un buen zarandeo público.

Si Gündogan ha detectado que algún colega no está lo suficientemente comprometido es que algo se está haciendo mal en el vestuario. Sus declaraciones deben poner en alerta a Xavi quien deberá valorar si debe incrementar la mano dura. Hasta hoy el entrenador del Barça ha conseguido mantener a toda la plantilla unida como una familia. No obstante, si hay alguno descarrilando, habrá que actuar con rapidez y firmeza. En fin, que lo mejor que ha pasado tras el clásico es que un tipo con la experiencia de Gündogan lance un toque de atención a sus propios compañeros.