La moneda de Bartu tenía dos cruces

La cuesta de enero, por definición, vendría a ser la complicación económica que tiene una familia después del derroche de las navidades y la fiesta de fin de año. En nuestro caso, la cuesta de enero es la complicación económico-deportiva que tenemos después de unas navidades de seis años con Bartomeu en el papel de Papá Noel.

Xavi se lamentaba después de la derrota de San Mamés. “Siempre nos sale cruz”, decía, y tenía razón. Victoria coronavírica atónita contra el Mallorca, empate decepcionante ante el Granada, derrota contra el Madrid en la Supercopa y derrota en la Copa del Rey contra el Athletic. A todo ello hay que sumarle las 13 prórrogas de Pedri, lesión de Ansu -uno de los pocos motivos de los culés para la esperanza-, una versión gris de los veteranos y el gol que no entra ni para atrás. Pues todo indica que sí, que nos ha tocado cruz.

Aunque esta expresión creo que no es del todo adecuada. Cruz te sale cuando te juegas algo a la suerte. Lo que nos está pasando no es mala suerte, es la consecuencia del estropicio de los últimos años sumado a la marcha de Messi. Es el resultado de las cosas mal hechas. Muy mal hechas.

Os prometo que en las retransmisiones del “Va de Barça” de Radio Flaixbac intentamos tomarnos el fútbol como un divertimento, hacer más entretenidas las retransmisiones de los partidos del Barça, pero, caray, estaría bien que el Barça pusiera un poquito de su parte. Uno ya no sabe ni a qué atenerse para ver un poquito de luz en el horizonte. Va a ser que sí, que siempre nos sale la cruz. A lo mejor es que la moneda que Bartomeu nos dejó tenía dos cruces.

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