Lo de Messi no era humo

Ambas partes trabajaron en el retorno del argentino, pero toparon con la cruda realidad

El Barça tenía el compromiso de que podría inscribir a Messi, pero necesitaba el tiempo que el jugador no ha dado por sus desconfianzas

Leo Messi durante una entrevista en exclusiva con SPORT

Leo Messi durante una entrevista en exclusiva con SPORT / sport

Ferran Correas

Ferran Correas

Leo Messi anunció el miércoles que la próxima temporada jugará en el Inter de Miami, descartando así la opción de volver al Barça.

Lo hizo a través de una entrevista en este diario en la que dejó claro que su posible regreso no era humo, no era un globo sonda lanzado por la junta directiva como se había insinuado desde diferentes sectores. Era una opción que ambas partes contemplaron y en la que trabajaron. De hecho, cuando LaLiga aceptó el martes el Plan de Viabilidad que le había presentado el Barça para las dos próximas temporadas, el club azulgrana arrancó un compromiso de Javier Tebas alrededor de tres nombres. Gavi y Araujo podían ser inscritos con sus nuevos contratos y no tendría el Barça ningún problema para inscribir a Messi si el argentino acababa fichando por el club azulgrana. Eso sí, el Barça debía dar una serie de pasos

Y ahí es cuando ambas partes toparon con la cruda realidad. Tendría facilidades, pero para dar cabida a Messi debían salir jugadores. Porque la situación económica del club es la que es. Mala. Con una masa salarial que sigue siendo muy alta. Seguro que el Barça hubiese conseguido su objetivo porque el mercado es muy largo. De hecho, ni siquiera se ha abierto. Necesitaba tiempo, pero el argentino no ha querido dárselo. Desconfiaba. Quería seguridad. La herida que se abrió hace dos años todavía no ha cicatrizado.

Messi, durante la entrevista

Messi, durante la entrevista / SPORT

Messi no ha olvidado aquel día. Cuando voló desde Ibiza a Barcelona para firmar su nuevo contrato e incorporarse a los entrenamientos del equipo que dirigía Ronald Koeman y se encontró con que debía marcharse porque el club no podía inscribirlo. No ha querido ni volver a imaginar que podía volver a pasar por aquello. Y se ha decantado por elegir la opción que empezó a contemplar una vez logró aquello que le faltaba, el Mundial. Abandonar la alta competición y jugar en una campeonato menor, sin presión, rodeado de sus amigos y disfrutando del fútbol.

Mirar al futuro

No ha querido esperar, hay que aceptarlo y, tras pasar el duelo por segunda vez en dos años, empezar a pensar en un Barça sin Messi, en un equipo que ha sido capaz de ganar la Liga sin el argentino, pero que necesita refuerzos para ser competitivo también en Europa. Y ahí, el “no” de Messi quizá le vaya bien al Barça, pues podrá destinar el dinero de su ficha a otros futbolistas y reforzar posiciones necesitadas de jugadores: el lateral derecho, el medio centro, un interior que juegue entre líneas dotado de talento y otro delantero que ayude a Lewandowski en el arte de hacer goles. Hay que ser positivos. Pero lo de Messi no era humo.