'La Masia no es toca' y el postureo

-

- / sport

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Camp Nou. 5 de abril de 2014. Una enorme pancarta con el lema 'La Masia no es toca' cubre gran parte de la grada situada frente a la tribuna. De esta forma, el Barça protesta por la sanción de la FIFA y reivindica su modelo de fútbol base. Poco más de tres años después, el eslogan puede parecer una broma de mal gusto. Porque durante este periodo de tiempo, el club blaugrana se ha gastado 425 millones de euros en 18 fichajes (incluyendo los 12 de la recompra de Deulofeu) y ningún jugador formado en La Masia ha conseguido ser titular indiscutible en el primer equipo. Si acaso, Sergi Roberto, que hoy está más enfadado que nunca con sus perspectivas inmediatas y ya está pensando en emigrar a la Premier League. Y es que el trato recibido por los canteranos en las últimas temporadas está siendo, como mínimo, sorprendente. Por no decir denigrante. 

La huida de Thiago al Bayern de Guardiola fue, posiblemente, el principio del fin. A partir de aquel momento se vio claro que la apuesta por la cantera solo era un postureo que nada tenía que ver con la realidad. No podía ser que los futbolistas que venían de las categorías inferiores fueran tan malos como para tener que fichar a Douglas, Mathieu, Vermaelen, Arda, Digne, André Gomes, Paco Alcácer, Semedo… Está claro que el Barça ha tenido una generación irrepetible (Valdés, Piqué, Puyol, Sergio Busquets, Xavi, Iniesta, Pedro, Messi…), pero entre la excelencia suprema y la incapacidad para jugar en el primer equipo hay muchas graduaciones. Y, por modelo de club, aquel modelo que se defendía en la pancarta, siempre debería jugar antes un chaval de la casa que un fichaje de medio pelo pagado, en muchas ocasiones, a precio de crack.

Sergi Samper parece que es la última víctima de semejante despropósito. Antes lo sufrieron Bartra o Sandro. Y Sergi Roberto y Rafinha también corren peligro. ‘La Masia no es toca’, decían. Decían…